Ejemplo de fortaleza y superación

Hace casi un año que Juan Luis Vega y Pepi Moreno decidieron tener fe, luchar contra una palabra que al principio hace mucho daño a quién la escucha. En junio de 2013, una médico anunció a los padres de Letizia, que tenía 9 años, que tenía leucemia. Lo que pensaron que podía ser un virus en la sangre o un problema de corazón se convirtió en el desafío más duro de sus vidas. Pocos días después, Letizia tuvo que subir a una ambulancia que la llevaría a Jaén. Desorientada y asustada por la situación, miró a su lado y vio a su padre, que ya no se separaría de ella. Juan Luis Vega abandonó su trabajo para estar 24 horas al día con quien más lo necesitaba.

29 jul 2014 / 22:00 H.


Pero no estaba solo. Un gran equipo de profesionales le aportó información y apoyo psicológico, tanto a él como a Letizia, y contó con la ayuda de otros padres que ya habían pasado por lo mismo. “Hay veces que estas totalmente hundido, y hay padres que te van levantando el ánimo. Cuando yo he visto que ha llegado alguien en la misma situación, intento hacer lo mismo”, explica el padre de Letizia. Allí, descubrió que ya no es la enfermedad terrorífica de hace 40 años, si no que más de un 90 por ciento de las personas que la padecen, se llegan a recuperar por completo.
Una niña que tan solo unos días antes jugaba en la calle se veía presa entre cuatro paredes, sometida a pruebas impactantes para su corta edad. Por ello, recibió apoyo psicológico y un equipo de profesionales le explicó que iba a sufrir muchos cambios, pero que, algún día, no muy lejano, volvería a correr por las calles con su preciosa melena azabache. Los 45 días que pasó en aislamiento no fueron fáciles. Su padre debía desinfectar todos los objetos que pasaban a la habitación y utilizar mascarilla y guantes, algo que a la pequeña asustaba. Una de las trabajadoras del servicio de limpieza del hospital regalaba a cada niño un angelito al que debían darle un nombre. Era su forma de aportar un granito de felicidad a esas personas tan especiales, a las que en ese momento, les costaba trabajo brillar.
Dos asociaciones, ALES y Pídeme La Luna, permanecerán por siempre en el recuerdo de esta familia. Ambas proporcionan ayuda y asistencia de todo tipo a las familias. Todas las labores que realizan aportan un halo de esperanza para niños que necesitan encontrar un impulso que los ayude a salir adelante. “El mejor regalo es conocer a estas personas”, afirman Juan Luis y Pepi.
Letizia, a su corta edad, demuestra una entereza que hace fuertes a las personas de su alrededor. Recuerda con gran cariño a sus amigos, niños que, como ella, han dado una lección a la vida con su valentía. Después de unos duros meses de quimioterapia, la fortaleza personal de Letizia dio sus frutos, volvió a casa, y su recuperación fue asombrosa. Aunque continúa un tratamiento de pastillas, ha recuperado toda la vitalidad, vuelve a ser una niña feliz y alegre que contagia a todo su entorno de positividad.
“Yo le diría a los padres que empiezan ahora que sean fuertes, que confíen mucho en los médicos. A esta enfermedad ya se le puede”. Es el mensaje que deja Juan Luis a todos los que pasen por su misma situación. Hoy es una fecha muy especial para Letizia, cumple diez años, aunque mentalmente ya sea una adulta. En septiembre, volverá al colegio y a ser una niña normal entre sus compañeros. Un ejemplo de fortaleza y superación.