Ejemplo de cómo conciliar el trabajo y las vacaciones

Texto: Esperanza Calzado
S i hay una herencia clara del siglo XX y de lo que va de XXI son el estrés y el ritmo frenético que marca la vida cotidiana. Levantarse temprano, llevar a los niños al colegio, ir a trabajar, preparar la comida, volver al compromiso laboral, dar la cena a los pequeños y, por fin, relajarse un poco en el sofá. Los que son afortunados y tienen una ocupación por cuenta ajena a buen seguro que deben convivir con este ajetreo. Pero para los que, por unas circunstancias u otras, optaron por crear su propio negocio se puede convertir en una auténtica locura. Por eso, no es de extrañar que miles de españoles esperen, como agua de mayo, a que lleguen los meses estivales para desconectar y conseguir el ansiado tiempo de relax. Sin embargo, con un poco de organización y, sobre todo, con las ideas claras, lo que normalmente es un aspecto negativo se convierte en una gran ventaja. Es el caso de la familia de Úbeda Checa-Martínez, que tiene claro que la vida hay que disfrutarla en el día a día y que todo se puede compaginar con un poco de orden y buena voluntad.

    15 jul 2012 / 09:36 H.

    Juana Martínez conoció a Ángel Checa en Villacarrillo, de donde son naturales. Por aquel entonces, ella había acabado de estudiar Comunicación Audiovisual en Madrid y cursaba un posgrado. Como muchos profesionales del sector, necesitaba un ordenador, y hoy recuerda que fue a su pareja, que, por aquel entonces, tenía una tienda, a quién le compró su primer Mac. A partir de ese momento la relación comenzó a fraguar, hasta que se trasladaron a Madrid. Después de varios años en la capital de España, decidieron volver a Andalucía, porque el ritmo madrileño no les convencía. Estuvieron un tiempo en Jaén y otro en Villacarrillo, hasta que, al final, optaron por Úbeda, una ciudad que les encanta y en la que establecieron su propio negocio. Ella ya estaba embarazada de su primera hija, Gala —que ahora tiene ocho años— cuando montaron su empresa, Davinchi, diseño y publicidad. Poco tiempo después llegó Ana, una pequeña que ahora tiene cinco años. Desde entonces, esta familia planifica su agenda con una premisa básica y fundamental. “Para nosotros, lo más importante es la conciliación de la vida laboral y familiar”, asegura Juana, y este objetivo se persigue también en las vacaciones.
    Juana y Ángel cuentan con una ventaja de la que no todo el mundo puede disfrutar. Los padres de ella disponen de un apartamento en Torremolinos (Málaga), por lo que tienen posibilidad de hacer escapadas de fin de semana durante el año. “Gracias a eso desconectamos y no estamos tan deseosos de que lleguen los meses de verano como otras familias”, bromea Juana. De hecho, justo cuando acabaron las pequeñas el colegio, se marcharon allí durante una semana. Ahora, el resto de los meses estivales los planifican un poco “sobre la marcha”. Y es que a esta familia le gusta decidir en conjunto dónde y cómo viajar y no sentir las ataduras que implican, por ejemplo, un desplazamiento cerrado y organizado. Además, también tiene claro qué tipo de vacaciones le gusta, y en eso los cuatro están de acuerdo. Son de la opinión de que con poco se puede disfrutar mucho y de que no son necesarias tantas cosas materiales. Apuestan firmemente por conocer a fondo la provincia, Andalucía y España, por conectar con la gente, saber de sus costumbres y, sobre todo, descubrir la naturaleza, ya sea en el mar o en la montaña. Todo esto  lo compagina con un aspecto fundamental, pasar tiempo con la familia, algo que a Ana y a Gala les encanta. “Si les damos a elegir a las pequeñas, ellas siempre prefieren estar con sus primos, con sus abuelos o con amigos, antes que ir a los típicos parques de atracciones que tanto gustan a los pequeños”, asegura, orgullosa, su madre.
    Así, este verano, los Checa-Martínez tiene previsto apuntar a sus hijas al campamento de verano de Úbeda, donde lo pasan de lo lindo con las actividades y el resto de niños. Ya fueron el año pasado y, en cierto modo, les sirve para fraguar amistad con otros menores. Estarán una quincena sí y otra no para que, como reconoce su madre, no se cansen. El horario es de nueve a dos de la mañana, igual que en el colegio. Por las tardes es Juana la que está con ellas, porque el padre trabaja todo el día, y aprovechan para hacer alguna actividad educativa, estar un rato con el ordenador y, otro, para ver la tele. “Me gusta mantenerles un cierto horario, siempre teniendo en cuenta que están de vacaciones, claro, porque ellas lo prefieren también y lo pasan mejor”, explica Juana.
    Será los fines de semana cuando aprovecharán para hacer escapadas porque, como buenos autónomos, sus días de descanso se organizan en función de las vacaciones del resto del personal, aunque no les importa porque disfrutan mucho del tiempo que se marchan fuera. Una cita segura, que hacen año tras año, es la de pasar un fin de semana en una casa rural de la sierra de Cazorla, donde, como manda su tradición, se juntan todos los años con los amigos de la infancia. “Ellos tiene hijos también, nos reunimos muchos y lo pasamos muy bien”, asevera Juana que, como el resto de su familia, es firme partidaria de valorar lo que tiene Jaén. Por eso los cuatro componentes del hogar de los Checa-Martínez han recorrido gran parte del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, han descubierto las fiestas y las costumbres de los pueblos de los aledaños e, incluso, las pequeñas disfrutaron mucho al conocer los pormenores de algo tan simple como los trazados ferroviarios jiennenses.
    Por otro lado, los Checa-Martínez son unas personas muy valientes y no dudan en liarse la manta a la cabeza para irse de vacaciones, por ejemplo, en autocaravana. De hecho, recuerdan como algo excepcional los días que pasaron en Cádiz, donde gozaron de las playas vírgenes junto con dos parejas más y sus hijos. Tanto es así que uno de sus sueños es, cuando las pequeñas sean un poco más mayores, hacer una ruta por Europa con este medio de transporte. Tiene familiares en Francia y les haría ilusión visitarlos. Ellos ya hicieron algo similar cuando no tenían a las niñas y les encantó. La libertad que les ofrece el no tener ataduras diarias, no disponer de un viaje cerrado con horarios fijos y poder decidir, día tras día, qué hacer en función del humor y las ganas con las que se levanten.
    De esta manera, esta familia ubetense vive el verano de 2012 como si fuera una caja de sorpresa, esperando que lleguen los fines de semana para decidir, como si de un juego se tratara, dónde escaparse y qué descubrir, si mar o montaña. Porque para ellos las vacaciones son, también, un momento para aprender cosas nuevas de forma divertida, conocer otras costumbres y, sobre todo, disfrutar de los parientes, algo que no dudan en hacer, también, el resto de los días del año.

    Consejos básicos para proteger la piel del sol

    La exposición solar es el factor de riesgo ambiental principal para el desarrollo de un cáncer de piel y es, a su vez, uno de los peligros más sencillos de evitar. La fotoprotección debe realizarse a lo largo de toda la vida del individuo, pero hay que insistir, de manera especial, en aquellas etapas más sensibles. Y es que las quemaduras antes de los veinte años son las más peligrosas. Algunos consejos del Complejo Hospitalario de Jaén son:

     
    1Evitar tomar el sol de manera prolongada. Es recomendable no exponerse durante las horas de mayor intensidad de la radiación solar, que van desde las doce de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Además, no deben hacerlo los niños lactantes. A partir de los seis meses hay que aplicar fotoprotectores de alto índice, como mínimo de cuarenta.

    2Elegir la crema adecuada en función de la edad de la persona, el fototipo, la zona de aplicación, el tipo de piel, el  índice ultravioleta y las circunstancias de exposición. Leer las instrucciones del producto para ver si es el adecuado.

    3No olvidar aumentar el factor de protección solar para los individuos con  pieles claras, niños, embarazadas, cuando se practican deportes acuáticos o de montaña, en días de alta intensidad solar o en tiempos prolongados de exposición.

    4Es preciso emplear una crema de factor protector más alto las primeras veces que se toman los rayos, nunca inferior a quince. También es recomendable no utilizar perfumes ni colonias. Las esencias que contienen, a veces son fotosensibilizantes y pueden dar lugar a manchas oscuras. Por otro lado, las personas que tienden a tener herpes labial deben utilizar un factor extremo en la zona, pues el sol potencia su aparición.

    5Ponerse prendas de vestir adecuadas —preferiblemente de algodón—, sombreros y gafas. La capacidad de la ropa para filtrar la radiación ultravioleta disminuye o se pierde cuando está mojada. Extremar también la precaución en las zonas del cuerpo más sensibles, como, por ejemplo, la cara, el cuello, la calva, los hombros, el escote y el empeine.

    6En el caso de tratamiento farmacológico se tendrá en cuenta que ciertos medicamentos pueden producir fotosensibilidad. Es imprescindible consultar al farmacéutico o al médico de Familia.

    7Hay que tener cuidado con la nieve, la arena y el agua, ya que producen reflexión de las radiaciones solares y aumentar el riesgo de eritemas y quemaduras.

    8Si importante es la protección en los momentos en que se esté en la playa o en la montaña, fundamental es, también, el cuidado posterior. Por eso, la hidratación es básica durante el verano. Se recomienda beber dos litros de agua al día y combinarlos con otros líquidos, como, por ejemplo, los zumos. Consumir mucha fruta y verduras, que aporten agua al cuerpo. Huir, en la medida de lo posible, de los refrescos azucarados, del alcohol y de las comidas copiosas. Las hortalizas de verano por excelencia son el tomate y el pepino y la fruta más diurética es, sin duda, la sandía.