Dramático contraste

Desde Girona. La serena conmoción producida por la muerte de Adolfo Suárez contrasta dramáticamente con la violencia registraba en el centro de Madrid el pasado fin de semana. La gran esperanza que alumbró Suárez con su firme voluntad de reconciliación nacional es la que ahora se pretende destruir en la calle al socaire de la crisis económica, pero más aún de una profunda crisis cultural y moral. Cierto es que esta violencia es obra de pequeños grupos de radicales que ni conocieron la dictadura ni han vivido la gigantesca labor de restauración de las libertades democráticas llevada a cabo por hombres como Suárez, en tándem con el Rey Juan Carlos. Pero también es cierto que estos radicales no han surgido de la nada, sino que han sido alimentados por ideologías extremistas que niegan toda legitimidad al Gobierno. 

    26 mar 2014 / 23:00 H.