Donde dije digo

Tienen poca gracia las hemerotecas. Y las declaraciones enlatadas sacadas ahora, “fuera de contexto” mucha menos, debe pensar Nicolás Sarkozy estos días. Tan ufano estaba el hombre llevando del brazo a la Merkel, declarando aquí y allá que el eje francoalemán era la batuta de Europa, llamando al orden a esos países tan endeudados, tan poco de fiar y todo eso, que ahora no sabe bien donde meterse.

    27 abr 2012 / 11:02 H.

    Como siempre, si algo debe empezar a cambiar, que sea la semántica ha debido pensar. Y ahí lo tenemos pidiendo que el Banco Central Europeo tome un papel más activo, afirmando textualmente “si no cambiamos Europa, si no creamos una Europa de producción, de inversión, Europa desaparecerá”. ¡Donde habrá quedado el axioma del déficit cero!. Algo habrán tenido que ver las cifras del paro francesas, la pérdida de la triple A francesa en la clasificación sobre solvencia crediticia por parte de la agencia Standard&Poor’s el pasado mes de enero y unas cuantas perlas más. Ya, ya, a España también nos la rebajaron, pero claro nosotros no tenemos —o eso se pensaba— le charme français. Por si fuera poco calvario, Sarkozy va a pasar a la historia como el primer presidente francés que pierde la primera vuelta de las elecciones para su reelección. Y en estas estamos. Me gustaría que fraulein Merkel revisara cómo Estados Unidos salió de su gran recesión apostando por las inversiones, incluso a base de “hacer agujeros en los caminos y luego taparlos”. Manuela Espigares es periodista.