Doña Juana y los bancos

Desde Jaén. Recientemente acaba de fallecer Antonio Meño, postrado en una cama durante más de 23 años, y yo desde aquí quiero desearle que descanse eternamente en paz y hacerle un pequeño homenaje a su madre Juana Ortega. Siempre que la veía en televisión me emocionaba su dedicación, su entrega, su abnegación.

    03 nov 2012 / 09:45 H.

    Y a su lado su esposo inseparable y a la quita de cualquier cosa. Me venía siempre a la mente la canción de Víctor Manuel, La madre: “¿Qué te puedo dar para que no sufras? ¿Qué te puedo dar?” A Doña Juana se le paró la vida ese maldito día de principio de los ochenta. Su hijo, jovial, estudiante de Derecho, alegre, que colaboraba con el negocio de venta de frutas familiar, se operó —maldita la hora— de una simple rinoplastia, y se quedó en estado vegetativo. Ella desde ese día se postró a su lado y no lo abandonó hasta su muerte. Ella nunca se compró ropa, ella nunca salió de fiesta. Pegada a su hijo: ¿Qué te puedo dar para que no sufras, que te puedo dar para que no te hundas, que no vea en tus ojos reflejo de cristal, qué te puedo hacer? En estos tiempos interesados, de amor comprado, de gestos estudiados, de abrazos con Visa, de tiempos de te doy porque tú me das. Este amor radicalmente desprendido de esta madre me emociona y nos hace más persona. Viva doña Juana y ese amor incondicional, animal, salvaje, sin rodeos, sin ambages, amor de madre y punto. Descanse en paz Antonio Meño, y descansen que se lo tienen merecido, sus padres, en especial su madre, doña Juana que dejó olvidada su vida aparcada hace 23 años para vivir la de su hijo pegado a una cama, a una sonda, y tratando de conquistar como recompensa diariamente una sonrisa del enfermo. Que lección de amor y abnegación más grande, máxime cuando el cariño tiene hoy condiciones, depende del dinero, depende de tantísimas cosas. Gracias por la lección. Me resulta increíble que unos bancos que han sido rescatados por el esfuerzo de todos los españoles machaquen ahora a los más débiles precisamente de ese pueblo español. Si Europa para rescatarnos nos ha puesto muchas cargas y obligaciones que todavía estamos sufriendo, porque no España, los españoles no se las ponemos a los bancos. Leo que cada español ha puesto 1.800 euros para rescatar a los bancos. En mi casa 1.800 por cuatro miembros, 7.200 euros. No quiero que se lo den a los bancos, que se lo den a todos esos desgraciados que han desahuciado por no pagar. Ya está bien hombre. Los ayudamos y ahogan a nuestra gente más sencilla. No. Medidas contra esto ya. Es una aberración que les ayudemos los ciudadanos españoles y machaquen a la parte más débil de ese pueblo español. No, que no nos representan, que no.
    José Aguilar Millán