Distorsionadas y “solidarias” sombras chinescas de Ordóñez
Manuel Ordóñez veía en su niñez, en esa etapa de la vida en que todo fascina y todo se capta, cómo su padre no dejaba de tomar fotografías con su Kodak Retinette, hasta confeccionar un rico y extenso álbum con imágenes familiares y paisajísticas. Luego llegó su profesor Pepe Llamas, que fue el que lo adentró en el laboratorio fotográfico. Así, este arte pasó a formar parte de la vida de este cordobés, nacido en Rute, que ha ejercido como profesor de esta disciplina durante varios años en la capital del Santo Reino, en la Escuela de Arte José Nogué. Ahora, y hasta el próximo 5 de noviembre, expone Sombras Chinescas Distorsionadas en Las Rozas (Madrid), una muestra con carácter benéfico destinada a la creación de un Centro de Día de Cáritas en Jaén.
“El objetivo de la exposición es que el público conozca el minucioso, técnico y creativo trabajo fotográfico que hay detrás y, segundo, que adquieran alguna fotografía para así lograr ingresos y poder construir tan necesario centro”, explica Ordóñez. Esta se compone de una treintena de fotografías acompañadas de unos mensajes en inglés o castellano: “Las imágenes nos hacen parar unos segundos y reflexionar en medio de esta ajetreada vida que solemos llevar”, añade el exprofesor de la “José Nogué”. Junto al artista, han colaborado José Alaminos y Pedro Domínguez —exalumnos de esta escuela de arte— y Ana Heredia, María Martí y María Teresa Muñoz.
La exposición se mueve en el limbo inconcluso del posmodernismo, ya que Ordónez invita con sus imágenes al espectador a zambullirse en ellas, a extraer conclusiones y a conocer la cara más secreta de la realidad. Un claro ejemplo es la fotografía en que diversas jeringuillas se levantan a la par que un conjunto de rascacielos: “Nos hemos aplicado unas dosis de placebo intravenoso, que no nos permiten ver que existen edificios maravillosos, flores que cambian según las estaciones en los jardines o nidos de pájaros en los pocos árboles que nos rodean. Trato de evidenciar que tenemos que pasar de la visión neoyorkina de ciudad dormitorio a vivir el paisaje urbano en la medida que podamos”, resume. [elios mendieta]