Diseñan “insectos de laboratorio” para acabar con la mosca del olivo
No es ciencia ficción. Científicos han diseñado un “insecto de laboratorio” que es capaz de eliminar la mosca del olivo. La empresa Oxitec ha cursado la solicitud de los permisos pertinentes —ante la Generalitat de Cataluña, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea— para realizar un experimento científico. Consiste en lanzar 1,8 millones de moscas transgénicas —modificadas genéticamente— para acabar con la mosca del olivo, que se muestra como una de las peores plagas para la aceituna y, sobre todo, para los productores que buscan la calidad.

El experimento consiste en liberar 5.000 moscas a la semana en una finca de Tarragona durante un año. Son insectos que se han manipulado con un ADN que mezcla organismos marinos, bacterias, virus y otros insectos que busca acabar con la plaga de la mosca del olivo. No obstante, todos estos animales tendrían que ser macho, ya que el experimento persigue que se apareen con las moscas del olivo hembras, lo que serviría para introducir sus genes —con la modificación genética— en la población que ya existe.
De esta forma, se parte de la hipótesis de que la población de mosca del olivo decrecerá, lo que redundaría en la eliminación del daño que produce en las aceitunas. No obstante, existen 18 organizaciones europeas que ya se han unido para rechazar este experimento por los peligros que conlleva para el medio ambiente porque se lanzaría una especie nueva y haría que se creara un “laboratorio” al aire libre.
Precisamente, la incidencia de la mosca del olivo es uno de los grandes problemas a los que se tienen que enfrentar, cada año, los olivareros jiennenses. Existen zonas de Sierra Mágina y, sobre todo, de la Sierra de Segura que cuentan con unos altos índices de daños, por lo que, incluso, se hacen tratamientos en avioneta para eliminar el número de moscas del olivo. Además, los productores tienen claro que la calidad de los aceites —en un mercado tan competitivo como el actual— no pueden depender del número de insectos de cada año, ya que se traduce en pérdida de rentabilidad.