Diez veces madre, autónoma y política
Nos cargamos de familia, porque mi marido quería tener un varón". Dominga Barbas Muñoz, de setenta y tres años, tuvo el niño que buscaba su esposo en el séptimo embarazo. No fue el último; hasta diez veces llegó a sentir vida dentro de su cuerpo.

Ocho de sus hijos hablan a menudo con Barbas. "Una falleció y otro no llegó a nacer", recuerda ella, afincada en Fuenlabrada de los Montes (Badajoz). Almudena González, residente en Jaén, quiere recordar, con motivo del Día de la Madre, quién es y qué hizo la mujer que la trajo al mundo: "Es una persona muy inteligente y luchadora. En eso dicen que nos parecemos toda la familia", manifiesta.
A juzgar por la historia de Dominga Barbas, no son palabras vacías. Enviudó a los treinta y nueve años. "Me quedé sola con mis hijos, la mayoría menores de edad, y con deudas. Mi marido era apicultor. Murió en un accidente", rememora la mujer. "Se me juntó el cielo con la tierra. Yo, entonces, me dedicaba a coser. Teníamos una tienda", agrega la madre.El comercio debió cerrar; era la única forma de sufragar los débitos. Asegura que ninguno de sus hijos trabajó mientras ellas fue, contra su voluntad, la matriarca de la familia. "Mi hijo Diego Antonio sí lo hizo, pero lo que conseguía era para él", señala. La pacense fue taxista y peluquera, entre otras ocupaciones. Nunca estuvo quieta.
Hay una escena de su vida que apela a la ficción. Barbas, secretaria de la UGT en su pueblo desde los diecinueve años, movilizó a más de medio centenar de trabajadores hasta una plaza. En ese momento (principios de la democracia) el alcalde era Vidal Gómez Muñoz. Su respuesta a la acción sindical fue enviar a la cárcel a Dominga Barbas, su hija biológica. "Teníamos rencillas, porque él nunca me dio su apellido. Mi marido me sacó de prisión", dice. En aquella época eran pocas las mujeres con voz en la política. "Isabel Monterrey y Emilia Toledo", nombra de memoria. Hoy, Barbas busca un compañero. Fue a un programa de televisión. "Me han llamado hombres de más de ochenta años. Yo no quiero cuidarlos. Estoy ahora en lo mejor de mi vida", concluye.