Diez mayorías claras y otras tantas más que ajustadas

El panorama político ya no es el que acostumbraba a ser. Tras los comicios del pasado domingo, la irrupción de fuerzas recientes ha abierto un nuevo tiempo en la toma de decisiones en el que, como han dejado bien patente las urnas, las mayorías absolutas no son solo caras, sino que más bien se han convertido en un “artículo de lujo”, al que los ciudadanos han permitido que tenga mayor acceso el PSOE.

31 may 2015 / 09:05 H.


Ante este paisaje de negociaciones y acuerdos, que ya se antoja “cotidiano” para el futuro, hay quien puede, y debe, estar más que satisfecho a la vista de los resultados obtenidos. Es el caso del candidato socialista a la Alcaldía de Chilluévar, José Luis Agea Martínez, quien tiene el honor de encabezar el ranquin de regidores con mayor porcentaje de votos conseguidos, gracias a su 90,12%. Una clara mayoría que, cuando se traduce a papeletas, resulta igual de llamativa, ya que el PP, el único rival de la lista socialista en el municipio de la comarca del Alto Guadalquivir, solo obtuvo 73 votos, frente a los 857 de Agea. La victoria socialista en Chilluévar encabeza una lista de los 10 alcaldes más votados en la que los jiennenses han decidido que solo aparezcan candidaturas socialistas.
más reñidas. Arquillos, por su parte, es el municipio en el que la lista ganadora, la del PP, que lidera Miguel Ángel Manrique Peinado, ha conseguido el triunfo más ajustado, con solo un  31,20% de los votos. Muy cerca se encuentra el también popular José Antonio Vicente Torres, candidato en Pegalajar, quien ha resultado vencedor gracias al 32,17% de las papeletas. Y si la decena de alcaldes con mayor porcentaje de votos conseguidos estaba colmada por representantes del PSOE, los del PP suponen 6 de los 10 “posibles” regidores cuya victoria ha estado más que reñida. De este modo, los cabeza de lista de Torredonjimeno, Mancha Real, Bailén y de la capital, José Enrique Fernández de Moya, no han alcanzado el 40% de los votos en sus respectivos municipios, lo que los obliga a negociar o, al menos, intentarlo, para que su ajustada victoria en las urnas también se traduzca en la posibilidad de que sean ellos quienes tomen decisiones.