Diez años sin 'pelas' en los bolsillos

María José Ortega/Jaén
El euro cumple diez años como moneda en circulación. Nada queda de la ilusión de aquellos jiennenses que guardaban cola a las puertas de las entidades para poder canjear  sus pesetas. Por entonces, todos festejaron la llegada de los flamantes billetes. Hoy, una década después, muy pocos brindan por él. 

    02 ene 2012 / 11:39 H.

    La familia García, aquellos muñecos televisivos que publicitaron hasta la saciedad la llegada del euro, no dijo nada de la nostalgia “pesetera”, ni de la crisis, ni del redondeo, ni de la congelación de sueldos. Pero por aquel primero de enero de 2002, los bolsillos y las manos de los españoles estaban llenas de ilusiones. Todos se sumaron al tren del cambio y la apuesta del país por abrirse al resto de las naciones europeas coincidía con las ganas de sus ciudadanos.
    Los jiennenses también participaron del mismo entusiasmo. Una veintena de sucursales bancarias de la provincia abrió sus puertas al público para facilitar la toma de contacto con la nueva moneda. Incluso los primeros euros que salieron de cajeros y ventanillas se destinaron para regalos de padres a hijos. Por entonces, las expectativas eran muchas y la novedad se introdujo sin grandes sobresaltos. Pero el optimismo duró lo que tardó en llegar la primera crisis grave. Y con cierta pesadumbre, el euro alcanza su décimo cumpleaños sin celebraciones y sin que nadie brinde por sus diez años de vida. De hecho, muchos son los jiennenses que añoran las desaparecidas “pelas”, aunque más bien lo que se extraña son los tiempos en los que se podía pagar una cerveza con 150 pesetas (lo que equivale a  0, 90 euros), o comprar un bolsón de golosinas para Reyes con tan solo 20 duros. Ahora la mayoría tiene la extraña sensación de que el euro fue quien “agujereó” el bolsillo. Algunos vecinos de la capital expresan su malestar con la moneda europea y argumentan que el redondeo es uno de los aspectos más negativos que trajo el cambio de divisa, y es que, a pesar de que los García afirmaron que los precios se iban a respetar, la realidad fue diferente.
    Con un panorama como este, a muy pocos les importará que el Banco Central Europeo acuñe una moneda conmemorativa para recordar los diez años que el euro lleva en circulación.