20 may 2009 / 11:03 H.
La alergia al polen del olivo se encuentra en una fase crítica esta semana, con concentraciones que rebasan de manera espectacular el límite establecido para causar reacción en cualquier afectado. La situación se repite año tras año por esta época aunque, en según qué circunstancias, los niveles se disparan, como sucede en la actualidad, o se quedan reducidos a un mínimo menos perjudicial, como ocurrió, por ejemplo, en el año 2008. En este caso es fundamental la climatología porque, como ya es sabido, la lluvia es beneficiosa para aliviar, al menos de manera temporal, los problemas respiratorios de los alérgicos y limpiar el ambiente de granos de polen. Estos días se alcanzan las cotas más altas registradas desde que comenzaran las primeras molestias, con concentraciones que llegan hasta los cuatro mil granos por metro cúbico, cuando con sólo 300 se considera una cota alta y se producen ya problemas en las personas más sensibles. Con un dato de 4.600 granos por metro cúbico, como se acaba de registrar en la capital, la situación se complica de manera considerable, tanto para los diagnosticados como alérgicos, como para quienes no lo son, a priori. Esta es la fase crítica por la que se atraviesa y, desde la administración educativa, se pone el acento en los escolares más afectados, a los que se traslada hasta una residencia de Motril para que mantengan un mínimo de calidad de vida y puedan llevar a cabo un día a día dentro de la normalidad. El programa “Aulas en la costa” supone un cierto trastorno en la medida en que hay que desplazarse lejos de la familia, pero también representa una alternativa fundamental para quien estos días no puede ni salir a la calle. La reunión en Baeza este jueves de la Sociedad Andaluza de Alergología es el momento y el lugar oportuno para plantear “esperanzas” a los miles de afectados en la provincia.