Día inolvidable en una cima inédita
Los inmensos camiones de Movistar y las vallas publicitarias de Carrefour, Caja Rural o Cofidis entraban en La Iruela cuando caía la noche del pasado miércoles, como dispuestos a quebrantar la enorme tranquilidad e intimidad que se respira en estemunicipio en verano. Precisamente, a la entrada de esta pequeña población, en la conocida como “La Garita”, una señora, ante este convoy de vehículos con logos publicitarios, advertía a su nieto de que se subiera a la acera, pues era peligroso estar en la calle “con tanto tráfico”. Quince horas después, “La Garita”, sitio en el que se ubicaba la meta, era un hervidero de gritos, colores, nacionalidades y risas. Un jolgorio para todos aquellos que decidieron ver in situ la primera llegada en la historia de la Vuelta Ciclista a España al nombrado Alto de Cazorla, una cima exigente.

Y es que, en el último kilómetro no cabía un alfiler. Ni los cerca de cuarenta grados de temperatura ni la pronunciada pendiente de la llegada cortaron las ganas de una afición que animó sin cesar. Mucho tuvo que ver en esto Juan Mari Guajardo, el famoso “speaker” de la Vuelta, que no paró de lanzar preguntas al público y de dar la información referente a la carrera. También fue importante el papel de las azafatas y azafatos, que repartieron todo tipo de cosas, desde abanicos hasta gorras. Incluso, bolsas de aceitunas llegaron a volar entre los aficionados. Cualquier cosa lanzada era una especie de tesoro para estos.
Otro de los puntos fuertes fue la presencia de personas llegadas de muy diferentes sitios. Llegaron aficionados de todos los pueblos de la comarca de la Sierra de Cazorla, y el resto de la provincia también estuvo muy bien representada con amantes del ciclismo llegados de ciudades como Torredonjimeno, La Guardia, Linares o Villacarrillo. De hecho, un grupo de jóvenes de este último pueblo recordaban, con cierta nostalgia, cuando su pueblo acogió la meta de una etapa de la Vuelta a España del 2007, con victoria del estadounidense Jason McCartney, del ya desaparecido equipo norteamericano Discovery Channel.
Pero no todo se quedó en España. De hecho, no hay más que ver la clasificación de la etapa. Un colombiano, perteneciente a un equipo australiano, se llevó el gato al agua. Además, los más de mil espectadores congregados en el Alto de Cazorla tendrán la suerte, en un futuro, de contar que vieron una de las primeras victorias de Johan Esteban Chaves, “El Chavito”, una perla que, sin duda, será una estrella en este deporte. Los que más disfrutaron fueron los diversos periodistas colombianos acreditados, que estaban eufóricos tras el triunfo de su compatriota. En las entrevistas posteriores parecían tan emocionados como el propio vencedor. De hecho, Miguel Ángel Rubiano, que estuvo gran parte de la etapa escapado, declaró sentirse contento en la línea de la meta. Día de fiesta nacional en el país latinoamericano.
Lo cierto es que Chaves parecía haberse estudiado el terreno. Atacó a pocos kilómetros de meta, en la conocida como curva del Vaíllo. Allí ya se veían los primeros espectadores, pese a la lejanía con la línea de meta. Conforme los ciclistas iban encarando los zigzagueantes metros finales, se iban dejando atrás balcones poblados de aficionados, algunos engalanados con enormes banderas de España, que deslucían más que adornaban, y otros, aprovechando el tirón comercial de la cita, con pancartas de distintos negocios locales. Pasada la zona urbanizada, el mar de olivos cazorleño introdujo a los corredores en el último kilómetro, ese en que un millar de personas vio hacer historia a Esteban Chaves.
Tras el pódium, y vista la cara de los espectadores, nadie parecía decepcionado. Lo cierto es que el final de etapa, pese a estar en curva pronunciada, favoreció el espectáculo y no impidió la visibilidad en sus últimos cien metros. Tras entregar los maillots al citado Chaves y a Peter Sagan, empezó el hormigueó de aficionados hacia sus destinos de origen. Y es que esto no se detiene. El centenar de coches de la organización se mezcló con el de los aficionados en la salida, lo que provocó diversas retenciones. Jódar ya espera a la caravana de esta edición de la vuelta, con su sinfin de coches, autobuses , motocicletas y bicicletas que, como cada mes de agosto, dan color a las carreteras repartidas por todo el territorio nacional.
Y, por su parte, los cazorleños e iruelenses se van contentos a sus respectivas casas tras haber presenciado una gran etapa, en un evento histórico como es la primera llegada de la Vuelta a España a la zona. Para el deporte jiennense es vital consolidar una cima como la ubicada en Cazorla, pues hay que reseñar que se encuentra a las puertas del Parque Nacional más grande del país, y uno de los más visitados de Europa. Además, los aficionados locales vuelven a respirar el ciclismo en sus venas, pues hacía casi una década que no llegaba una etapa de una gran prueba a Cazorla, pues ha llovido mucho desde la victoria de Oscar Freire en la Vuelta de Andalucía de 2007. El Ayuntamiento de Peal de Becerro, junto con más de un centenar de voluntarios, ha dibujado con tractores del municipio la figura de una bicicleta, con la leyenda “Peal, Vuelta 2015”. La silueta se podía ver desde el cielo.