Día del Padre: Indignación e impotencia

Desde JAÉN. Hace unos días escuchaba las palabras del torero Francisco Rivera Ordoñez que declaraba que sentía indignación e impotencia porque un Juez diga a un padre cuando puede estar o ver a su hija/o, mas cuando esa estancia se restringe, como en su caso, a fines de semana alternos al mes. Ese mismo es el sentimiento de una multitud de padres en España que a pesar de sus deseos, e incluso de los deseos de sus hijos/as, sólo pueden visitarlos entre 4 a 6 días al mes. Aunque ya muchas sentencias judiciales amplían ese tiempo de estancia, es totalmente insuficiente para cuidar, atender y educar a los hijos/as, privando de todas estas tareas a los padres y rompiendo el vinculo entre aquellas/os y la familia extensa paterna. El mas digno amor es el amor a los hijos/as, sentimiento que no es exclusivo de la madre sino en la misma medida del padre. Por eso se siente indignación cuando te apartan del ser mas querido y se siente impotencia porque contra la decisión judicial no cabe ninguna otra opción que acatar y recurrir. Más aún cuando ya el Tribunal Supremo en reiteradas sentencias ha creado doctrina jurisprudencial en el sentido que el interés a proteger en los procesos de separación y divorcio es el interés del menor y que la forma mas adecuada para la proteger este interés es la corresponsabilidad parental y la custodia compartida. A pesar de estas sentencias todavía algunos juzgados de Familia y audiencias provinciales llevan a cabo una interpretación restrictiva de esa doctrina jurisprudencial de nuestro mas Alto Tribunal para que al final la custodia de los menores quede en la persona de la madre, en la creencia de que el interés del menor estar mejor protegido con la madre (en ocasiones por el simple hecho de ser la madre). Esta situación lleva a los padres a tener que recurrir al Tribunal Supremo con un coste económico elevado y lo que es mas importante con un alto coste temporal ya que transcurren varios años hasta que se puede ver reconocido el derecho del padre y del menor a tener esa estrecha relación que debe ser paritaria con la madre. Es indigno ver como los menores sufren cuando sus progenitores se divorcian pero aun mas indigno es ver ese sufrimiento porque echan de menos la presencia y autoridad diaria del padre, su apoyo y su protección, que antes de la separación de sus progenitores era habitual, porque en definitiva ellas y ellos necesitan tanto de una madre como de un padre. Pues bien en un día tan señalado para un padre y para un hijo/a, como es el día del padre, lo razonable y aconsejable es que pasen ese día con su progenitor masculino por propia iniciativa de la madre y del padre, y en su defecto (y lamentablemente por decisión judicial), para que los padres podamos escuchar en persona la maravillosas palabras “Felicidades Papa”, recibir un beso y un abrazo, y pasar el día junto a su hija o hijo. En este deseo propio y de la asociación que represento aprovecho para felicitar a todos los padres, tanto a los que conviven con sus hijas/os como aquellos que desgraciadamente no tienen ese privilegio.


    18 mar 2014 / 23:00 H.