Detenido uno de los presuntos autores del tiroteo en Arrayanes

Las investigaciones policiales comienzan a arrojar los primeros resultados en el caso del tiroteo producido, la noche del pasado jueves, en la Carretera de Arrayanes. Y es que, según informó el Cuerpo Armado a través de un comunicado, ya ha sido detenido uno de los presuntos autores de este violento suceso, que tuvo lugar en torno a las 23:20 horas, en plena calle, y ante la atónita mirada de varios testigos presenciales.

08 jul 2015 / 12:02 H.

El arresto se produjo en Jaén, tres días después de desencadenarse el suceso y al individuo detenido se le imputó un delito de homicidio en grado de tentativa. Así, según la Policía Nacional, se le considera una de las cuatro personas implicadas en este nuevo enfrentamiento entre los clanes rivales de los “pikikis” y los “mallarines”, sobradamente conocidos en la ciudad por su amplio historial de mutuas agresiones.

El tiroteo se produjo, junto a las instalaciones del Instituto de Enseñanza Secundaria Himilce, cuando dos de los cuatro ocupantes de un vehículo -un Seat León de color negro- tirotearon, con el coche en marcha y a través de dos de las ventanillas, a un hombre que conducía un segundo turismo implicado en los hechos y que también circulaba por la Carretera de Arrayanes. Los autores de los disparos, según la posterior confirmación de los agentes policiales, eran dos miembros del clan de los “pikikis”, mientras que el receptor de los tiros era un miembro de los “mallarines”, que regresaba a su domicilio procedente de visitar a un familiar enfermo, según relataron las fuentes cercanas al caso consultadas por Diario JAÉN.

La rapidez con la que el “mallarín” intervino al percatarse de la situación le hizo salir ileso del ataque recibido. Todo apunta a que el hombre se agachó y parapetó hacia la puerta de su coche, de ahí que no fuese alcanzado por las balas, ya que estas se dirigieron a la ventanilla del automóvil que conducía. Fue entonces cuando los autores de los disparos se dieron a la fuga, pero la víctima sí denunció ante la Policía.

En detalle.Todo comenzó en la Carretera de Arrayanes, donde se registraron los disparos en torno a las 23:30 horas del pasado jueves, 2 de julio. La Policía Nacional dictaminó que se trató de un tiroteo iniciado por cuatro “pikikis” que, desde un coche, dispararon contra el vehículo de un “mallarín”, en plena calle. La rápida intervención de la víctima de los disparos, al cubrirse tras agacharse y esconderse detrás de la puerta de su coche, le hizo salir del ataque sin un solo rasguño. Apenas horas después de los hechos, la víctima acudió a la Comisaría de la Policía Nacional para denunciar lo ocurrido. En ese momento, comenzó la investigación para esclarecer los hechos. Los agentes identificaron a tres de los cuatro presuntos autores. Para proceder a su detención se estableció un dispositivo especial de seguridad y vigilancia. Aún continúa la búsqueda de los otros tres.

Rápida intervención policial. Después del conocimiento de los hechos por parte de la Policía Nacional, una vez interpuesta la correspondiente denuncia, se iniciaron las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos y localizar a los presuntos autores de los disparos. La Policía Científica contó hasta cuatro impactos de bala en el coche de la víctima del tiroteo y otros tres más en el entorno del barrio de Arrayanes. En concreto, dos de ellos en la puerta metálica del instituto Himilce. Los agentes barajaron la hipótesis de que los autores materiales de los disparos abandonaron el lugar al pensar que el ocupante del vehículo y blanco de su acción había fallecido en el acto.
El suceso, del que se hizo eco Diario JAÉN a través de sus páginas, puso en alerta tanto al entorno de los dos clanes rivales como a la ciudadanía en general e, incluso, a la Subdelegación del Gobierno. Tanto es así, que el propio Juan Lillo informó del establecimiento de un férreo dispositivo especial de vigilancia para evitar que se produjeran nuevos enfrentamientos y sucesos violentos entre “pikikis” y “mallarines”. “Se tienen un cariño eterno hasta el punto que, de vez en cuando, se lían a tiros”, dijo Lillo, con ironía.