Desvío ridículo y peligroso
Atrás dejé Málaga la bella, en donde las aguas o, están más limpias que una patena o, tan sucias como la palangana de un viudo.
Los montes de Málaga, más sus verdiales ya son un grato recuerdo de mí, están en donde la gaviota o la avioneta con rabo publicitario me hacían señales cuando estaba bajo la sombrilla. Sierra Nevada está cerca del cielo. Loja y Santa Fe, protagonistas del descubrimiento de América, se han ocultado a mis ojos como se oculta el sol nostálgico en las tardes del invierno. Un desvío que indica entrar en la autovía conduce a Jaén. Un desvío, por cierto, ridículo, un tanto estrecho y, quizás, dificultoso por el que pasan ovejas y cabras. Aunque el Ministerio de Fomento me tache de cascarrabias, he de escribir, que este desvío puede ser mejorable si en él, se pone interés y coherencia. A otra cosa, mariposa. La carretera de Granada, es aceptable aunque también sujeta a sustanciales mejoras. Otra cosa distinta es esta. Nos adentramos en la provincia de Jaén y la cosa cambia como de la noche al día. Baches, desniveles, más otras lindezas, son santo y seña del camino.