Desigualdad y empobrecimiento
Esta semana se inicia el debate de los Presupuestos Generales del Estado. Siempre hemos dicho que los presupuestos son la columna vertebral de las políticas públicas. Del presupuesto se pueden extraer muchas conclusiones, pero sobre todo, se puede ver la deriva de un país y de un Estado. En este presupuesto, se puede percibir una apuesta clara por salarios bajos, recortar pensiones, reducir las prestaciones por desempleo, imponer el copago farmacéutico, reducir las becas, acabar con la dependencia, etcétera.
Si echamos la vista atrás hablamos de un 30% menos en servicios sociales, un 44% menos en fomento del empleo, 750 millones menos en prestaciones por desempleo, 25% menos en educación, 10% menos en sanidad y un 25% menos en investigación. Lo más grave de este modelo social al que apunta los presupuestos para el próximo año es el aumento de la fractura social, en una España cada día más vulnerable y empobrecida. Cáritas en su último informe, denuncia de una manera muy explícita que hemos pasado a un modelo de sociedad que pasa del pacto social al contrato mercantil, de la solidaridad colectiva al individualismo meritocrático, cambiando radicalmente la estructura del bienestar fundada en derechos del último cuarto de siglo. Es significativo que todos estos cambios se estén produciendo sin que podamos opinar sobre cómo queremos que sean resueltas nuestras necesidades, porque el desempleo está actuando como un mazo que al golpearnos tan fuerte, deja “noqueada” a toda una sociedad. Alrededor de 3 millones y medio de personas llevan más de un año en paro y otros 2 millones más de dos. Es decir que hay personas de más de 55 años que probablemente no van a volver a tener un empleo. Mientras la desigualdad sigue creciendo y no parece que estos presupuestos sean un antídoto frente a esto, la paradoja es que los más ricos siguen aumentando su riqueza y avanzamos en un modelo de sociedad dual y fracturada. Estos presupuestos podrían haber sido un aliciente para la esperanza, la misma que han perdido ya esos casi 6 millones de parados que han dejado de tener horizonte vital.
Isabel Martínez Lozano es periodista