Desde lejos

Esta mañana cuando me he levantado he echado un vistazo a la calle y he visto que como de costumbre estaba bastante llena de coches, pero de forma inusual todos bien aparcados y por supuesto ninguno de ellos en doble fila obstruyendo la circulación. Debo estar soñando me dije, o quizás es que este alcalde que acabamos de elegir ha decidido hacer cumplir la ley, cosa que es muy de alabar. Luego he ido a casa de mi hijo para recoger a mi nieto y llevarlo al colegio, ya se sabe la rutina de los abuelos jubilados, ayudar en todo lo que se puede a los hijos, para eso estamos, pero no me he encontrado a ningún otro abuelo que hiciera lo mismo. Todos los demás niños iban acompañados por uno de sus padres, y eso también me ha resultado extraño. ¿Dónde están los otros abuelos? ¿Qué estarán haciendo a estas horas? Me he preguntado, aunque de inmediato he llegado a la conclusión de que yo soy un bicho raro y me dedico a hacer cosas que no debo. Mi sorpresa ha ido en aumento a medida que pasaba la mañana, pues en el periódico no venía ninguna notica de corrupción política ni de independentismo irredento, ni de problemas fiscales de un conocido empresario que no cotizaba a la seguridad social. Con decir que ni siquiera hablaba de la crisis, ni de recortes sociales ni de fútbol, sólo había una noticia algo extraña relativa a un alto cargo del gobierno que había sido pillado en una mentira y que había tenido que dimitir de inmediato debido al escándalo que tan deleznable proceder causa en esta sociedad. Y pensé para mí, vaya pues parece que vamos por el buen camino, esto es lo que hay que hacer, no se puede engañar al pueblo y después irse de rositas. Debo estar ya algo caduco y se me ha olvidado que estoy fuera de España, cosas de la edad, todo esto me sucede y me sigue sorprendiendo cuando tengo ocasión de viajar y llevo unos días viviendo en un país que en nada se parece a España. No puedo evitar hacer comparaciones entre lo que percibo y veo en el extranjero y aquello que vivimos en nuestra sociedad. Intento ser objetivo e incluso benévolo en este ejercicio por aquello tan humano de que todos solemos barrer para casa a la hora de recoger, pero aún así cada vez es mayor mi desconsuelo.

Paco Casas es escritor

    08 abr 2014 / 22:00 H.