Descuidos y exceso de confianza, fatales aliados en el agua
Con el calor instalado ya plenamente en el día a día de los jiennenses, llega a convertirse en una prioridad vital encontrar la manera de refrescarse y escapar, en la medida de lo posible, de las altas temperaturas. Con el hándicap añadido de que en estas tierras, como ya es sabido, el problema no es tanto que suban los termómetros, algo completamente normal en verano, sino que las mínimas son también las más altas del país con frecuencia.
Llega la noche y, con determinados valores térmicos, en la capital es casi misión imposible conciliar el sueño. Durante el día, las piscinas tanto públicas como privadas son el principal refugio de los jiennenses, la principal alternativa. Se pasa mucho tiempo en el agua, un elemento a priori inofensivo, pero que, según apuntan los expertos, causa accidentes que acaban con tres paraplejias al año. En gran parte de las ocasiones es la imprudencia o un exceso de confianza lo que provoca los fatales sucesos, circunstancias que a menudo habrían podido evitarse con unas mínimas pautas de responsabilidad por todos conocidas. Los descuidos en el agua que pueden llegar a ser fatales, sobre todo en una provincia como la jiennense, la de mayor costa interior de la región, con embalses y pantanos en los que es frecuente el baño. Por más que las normas elementales sean suficientemente sabidas, la Administración tiene su parte de responsabilidad y se echan en falta campañas de concienciación que sensibilicen a los ciudadanos de la importancia de no relajar la guardia en esos momentos de diversión y ocio. El hecho de encontrarse en instantes de relax hace que, precisamente, se baje la vigilancia, con el evidente riesgo que ello implica. La responsabilidad individual y la educación cívica sobre este asunto son fundamentales, pero también las operaciones institucionales se han demostrado como una herramienta útil a la hora de prevenir accidentes.