"Descartaron el ébola al ver el cuerpo"
El alcalde de Jódar, José Luis Hidalgo, vivió el martes uno de los momentos más complicados en el tiempo que lleva en el cargo.
El hallazgo de un cadáver en la habitación de un céntrico hotel, una cuestión triste, aunque, aparentemente sin más trascendencia, se convirtió en un quebradero de cabeza para el regidor. La primera llamada que le alertó de un “acontecimiento extraño”, relata, le llegó de la Policía Local.
Conforme a las instrucciones dadas a este Cuerpo, le avisaron de algo que parecía inusual. “En estos casos siempre estoy operativo para que me informen”, aclara. “Me trasladan que hay un cadáver, un fallecido que se había introducido en una de las habitaciones del hotel. La médica no había querido entrar y me dicen que, según la doctora transmite, es una persona de color fallecida, por lo que es un caso susceptible de activar el protocolo del ébola”, precisa. “Los segundos médicos, al entrar, lo descartaron”, afirma, aunque transcurrieron varias horas. “La decisión que adopto es quedarme en línea y comprometerme a informar sobre lo sucedido. Me temía que pudiese originar gran alarma social”, aclara el máximo responsable municipal, que no oculta que, lo primero que se le vino a la cabeza, es que, al tratarse de un local muy conocido, podían inquietarse los muchísimos clientes de este establecimiento. “Por un lado, tenía la preocupación de que fuera cierto y, por otro, el temor de lo que pudiera suponer que cundiera el pánico”, reflexiona el máximo responsable local galduriense.
Eran aproximadamente las doce y cuarto de la mañana cuando salta este aviso y, a requerimiento de la facultativa, que se marcha de la zona, queda activado el protocolo y en “cuarentena”, en el hotel, un guardia civil y tres trabajadores. Estas precauciones, deja claro, le extrañan: “No se había visto por el entorno a una persona de estas características, ni sabíamos cómo había podido suceder; aquí todos nos conocemos”. Tras la instrucción de “activar” las precauciones ante casos de ébola, que precisa, dio la médica, Hidalgo está en contacto directo con la Guardia Civil; la Policía Local; la delegada de Salud, Ángeles Jiménez, y el director del centro de salud, Javier Leal. “Se portaron como extraordinarios profesionales”, aclara. Es finalmente el responsable sanitario local el que, junto a otro profesional, los dos provistos de mascarilla y guantes, acceden al cuarto y esta vez, sí estudian el cuerpo. Tras analizarlo, ven que no se trata de un varón subsahariano y, lo más importante, deducen que murió por una intoxicación, no a consecuencia del virus. Una vez que los profesionales sanitarios dan el visto bueno, entra de nuevo la Guardia Civil y la comisión judicial, para proceder al levantamiento del cadáver. Son ellos los que reúnen nuevos datos que apuntan a que el cadáver corresponde a un joven español, de 29 años, procedente de Cataluña. “Nada que ver con la primera impresión”, apostilla. La única explicación que da el alcalde para justificar la postura de la primera profesional sanitaria que acude es que el dueño del negocio y un empleado le dicen que el cadáver “estaba negro”.