Descansar “en paz” en el santuario

Primero se “inauguró” el columbario de la parroquia de San Pedro Poveda de Jaén y luego el de la Basílica de la Virgen de la Cabeza de Andújar. Ahora llega el de Martos y se ubica en el santuario de la Virgen de la Villa. El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, dio su bendición a este proyecto.

29 mar 2014 / 23:00 H.


“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. Es lo que se puede leer en la cúpula del flamante columbario del santuario, a cinco metros de altura del suelo. En el centro, la imagen de una paloma representa la vuelta a la vida y cuatro ángeles custodian el espacio, en un lugar privilegiado: justo debajo del camarín de la Virgen de la Villa. El proyecto de la arquitecta Ana Sánchez, con la ornamentación de la licenciada en Bellas Artes Raquel Fuentes, fue admirado por todos aquellos que se acercaron a visitarlo. El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, bendijo el columbario, en el que trabajaron varios profesionales, conscientes de la importancia que tenía para los marteños, ya que existe una gran devoción hacia La Labradora y, a partir de ahora, los restos de los familiares podrán “descansar en paz” junto a Ella.
“Este es un lugar adecuado, y es un servicio pastoral, no es ningún negocio”, indicó el obispo antes de bendecir el columbario, con capacidad para más de doscientas urnas y un cenizario común. “Con las cenizas se espera la resurrección de los muertos”, señaló, y destacó que en las sociedades desarrolladas cada vez se impone más la cremación y, a pesar de que la Iglesia tuvo “cierto reparo”, hoy lo acepta. “Por eso, teníamos interés en dar este servicio a los fieles, en un lugar bendito”, precisó el obispo, que recalcó que, con ello, ya hay tres espacios habilitados en la provincia. También recordó que “lo que no procede entre cristianos” es tener las cenizas de los seres queridos en casa o “tirarlas en un olivar o en el mar”.
incapaz. Por otro lado se celebraron, en las instalaciones del colegio San Antonio de Padua, los encuentros diocesanos de niños y monaguillos, promovidos por la Delegación Episcopal de Infancia y Adolescencia, bajo el lema “Creciendo en la fe”. Una jornada que congregó a una multitud de menores, que realizaron diferentes talleres relacionados con la Iglesia.