Desahucios de la razón

Ya se sabe que el ser humano es un animal de costumbres, y hasta a la humillación se acaba adaptando. Nos acabamos regocijando en nuestra propia desgracia e indignidad y sobrevivimos a pesar de todo. Anteayer decía José Manuel Caballero Bonald al recibir el Premio Cervantes, que hay que combatir “los desahucios de la razón” en estos tiempos en que asistimos a diario a auténticos disparates, barbaridades y situaciones innombrables.

    25 abr 2013 / 10:24 H.

    No sólo se trata de robos y corrupción, sino de miseria moral, de esa sensación de haber acabado con los sueños colectivos o pensamiento utópico. Entre despidos diferidos y votantes que prefieren no comer antes que no pagar la hipoteca, el PP ha confirmado que las previsiones económicas van en caída libre hacia abajo, tres veces peor de lo que se programó, lo cual servirá de palanca para impulsar nuevos recortes, privatizar y malvender lo público. Nada más tomar el poder pusieron en marcha los hachazos y tijeretazos, para a partir del segundo año de gobierno dejar un leve goteo en forma de subsidios precarios y baratijas para desempleados y jubilados. Todo está calculado. De este modo podrán remontar puntos cuando lleguen las próximas elecciones. Y dado que el PSOE sigue empantanado e incapaz de rearmarse, las dudas van a ser serias a la hora de depositar el voto. La gente no lo tiene claro, por eso campan a sus anchas los desahucios de la razón, la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo. Vale.
    Juan Carlos Abril