Desafiando a la gravedad sobre una tabla
Pepi Galera
Desafían a la gravedad sobre una tabla y cuatro ruedas. Y, a veces, menos para conseguir saltos, giros y trucos imposibles. No han inventado el monopatín —es ya casi un “madurito” con medio siglo de vida— pero sí han hecho del skate una filosofía de vida. Decenas de jóvenes jiennenses son aficionados a este deporte, que, para su práctica, requiere mucha destreza física, mental y, sobre todo, horas sobre la tabla. Arrastran sobre su espaldas el estereotipo de gamberros, pero ese es el prejuicio que quieren desterrar.
Desafían a la gravedad sobre una tabla y cuatro ruedas. Y, a veces, menos para conseguir saltos, giros y trucos imposibles. No han inventado el monopatín —es ya casi un “madurito” con medio siglo de vida— pero sí han hecho del skate una filosofía de vida. Decenas de jóvenes jiennenses son aficionados a este deporte, que, para su práctica, requiere mucha destreza física, mental y, sobre todo, horas sobre la tabla. Arrastran sobre su espaldas el estereotipo de gamberros, pero ese es el prejuicio que quieren desterrar.
“Reivindicamos en Jaén una visión justa del deporte, al menos un reconocimiento y respeto. No somos ni pandilleros ni delincuentes que destrozan el mobiliario urbano. De hecho, se ha estudiado introducir el skate como deporte olímpico”, explica Cristina Martínez, una joven jiennense aficionada
“El skateboard no solo requiere un esfuerzo físico sino también mental, ya que hay que pensar el truco que vas a realizar, cómo poner los pies, la fuerza y el equilibrio, entre otros factores”, afirma. “Salir a la calle a patinar es disfrutar de un deporte al aire libre y pienso que todo el mundo debería probarlo alguna vez. En la actualidad, los niños se quedan en sus casas pasando el tiempo frente a la televisión y jugando con los videojuegos. Me gustaría decirles: “Salid a la calle y disfrutad de ella. No hay nada como compartir una tarde con los amigos, hacer un poco de ejercicio y pasar las horas charlando y riéndote”, defiende. “El skateboard es adrenalina, supone un ejemplo de superación, ya que si te caes, te levantas y lo vuelves a intentar. Y, así, mil veces”, asegura. “Es una forma de vida, ya que el skateboard te engloba y es capaz de darte la felicidad. Al menos, para mí y para muchos más. Aunque también pienso que, realmente, para llegar a entenderlo hay que vivirlo”, defiende. Esta es la filosofía que un buen grupo de jóvenes jiennenses comparten. No tienen por qué tener la misma edad, ser compañeros de clase, ni vecinos de barrio: su pasión por el skateboard es su punto de encuentro. “En la capital, somos alrededor de unos quince, aunque no todos patinamos a diario”, detalla Juanjo Ballesteros. “El skateboard no tiene una edad concreta para comenzar, depende de cuándo se descubra, pero también hay que destacar que no todos los que comienzan a patinar siguen y, después, son muy pocos los que se dedican por completo a este deporte”, señala. Hace unos meses, en junio, como forma de potenciar este deporte, la firma Street Love organizó una competición en el parque del Bulevar en el que participaron skaters de Granada, Sevilla, Córdoba, Madrid y Jaén.
“Generalmente, solemos estar en el Parque de la Victoria puesto que es el único sitio donde se puede patinar sin que exista un excesivo paso de patones para no molestar, aunque está prohibido y hay quien ha recibido varias multas”, cuenta. “Se supone que en un espacio público como un parque o una plaza no se puede patinar a no ser que no se supere la velocidad de una persona”, explica Pablo Segura. Así, según afirman, los jóvenes se enfrentan a multas de entre 60 y 90 euros. Y, por estas razones, es de dónde surge una de las principales reivindicaciones de este colectivo de aficionados al skate. Quieren instalaciones adecuadas para dejar de patinar en calles y plazas compartidas con peatones, donde está prohibido. “Pretendemos lograr la construcción de un skatepark digno, ya que lo llevamos reivindicando desde siempre. Hace unos años, construyeron uno en el Bulevar, pero el estado es deplorable. Nos prometieron el doble de su superficie y, en su lugar, construyeron mitad skatepark y la mitad un jardín con rosales con riego, por lo que cuando la tierra se humedece se convierte todo en barro y el suelo está siempre impatinable”, critica la joven. “Además, hay grietas en el suelo, el material utilizado para las rampas no es el adecuado y no hay luz”, añade. “Nosotros propusimos un diseño hecho por gente que de verdad entiende, pero no se tuvo en cuenta”, destaca. “Aun así, seguimos luchando por tener unas instalaciones dignas y, mientras, hacemos lo que se puede, ya que lo importante es nunca parar de patinar”, finaliza.