Raúl alienta la etapa de Juande Ramos con goles y compromiso
Marca dos tantos y se convierte en el líder indiscutible del equipo 3-0
Con dos tantos, un pase de gol y un compromiso incuestionable, Raúl González alentó la era de Juande Ramos, la nueva etapa abierta de golpe en el Real Madrid y que apaciguó, momentáneamente, la inestabilidad del club para nutrir además el estímulo del equipo blanco en vísperas de la cita del Nou Camp. El aire fresco esperado con el cambio en el banquillo apenas se notó al principio de la última noche europea del año.
Con dos tantos, un pase de gol y un compromiso incuestionable, Raúl González alentó la era de Juande Ramos, la nueva etapa abierta de golpe en el Real Madrid y que apaciguó, momentáneamente, la inestabilidad del club para nutrir además el estímulo del equipo blanco en vísperas de la cita del Nou Camp. El aire fresco esperado con el cambio en el banquillo apenas se notó al principio de la última noche europea del año.
11 dic 2008 / 22:37 H.
1-0. 24’. Raúl. Se aprovecha de un rechace. 2-0. 50’. Robben. De vaselina. 3-0. 56’. Raúl. Tras gran pase de Robben. REAL MADRID. Dudek, Míchel Salgado, Sergio Ramos, Cannavaro, Marcelo, Gago, Guti (Javi García, minuto 51), Van der Vaart (Metzelder, minuto 46), Robben, Raúl (Saviola, minuto 60) e Higuaín. ZENIT. Malafeev, Anyukov, Lombaerts (Domínguez, minuto 76), Krizanac, Sirl, Tymoshchuk, Denisov, Zyryanov, Danny, Arshavin (Faizulyn, minuto 46) y Pogrebnyak (Tekke, minuto 72).
Árbitro: Jonas Eriksson (SWE). Mostró tarjeta amarilla a Danny y Sirl. Incidencias. Encuentro correspondiente a la sexta y última jornada del Grupo H de la fase de Grupos de la Liga de Campeones disputado en el Estadio Santiago Bernabéu ante unos 50.000 espectadores. Santiago Aparicio / Madrid
Ni en la alineación, donde la única alteración fue la titularidad en la meta del polaco Dudek por Casillas, motivada más por el esfuerzo acumulado por el internacional español que por cuestiones tácticas, ni en el terreno de juego. Casi no ha tenido Juande Ramos tiempo de asimilar el embarque en su nueva aventura, pero los futbolistas tampoco demostraron una predisposición especial ante el golpe de timón determinado por el presidente Ramón Calderón. De hecho, el panorama en el terreno de juego prolongó la sombra que ha dejado hasta ahora el equipo desde el inicio de curso. Un ritmo sosegado y carencia de bandas y escasa pegada desde que Ruud Van Nistelrooy se dio de baja. Si acaso, la conexión de Míchel Salgado con el holandés Arjen Robben fue lo más alentador de los primeros minutos.
Pero a pesar de las matemáticas dio la sensación de que el Real Madrid apenas creyó en la posibilidad de ser primero de grupo. Al menos, esa pinta ofreció tanto el equipo como el ambiente. Espíritu de trámite. Sin embargo, era el Zenit el que acudió con todos los deberes hechos en Europa. Nada lo podía mover de la tercera plaza y de su trasvase hacia la Copa de la UEFA. Se mostró osado de medio campo para arriba. Pero limitado en la zaga. El tanto llegó en el momento menos esperado. En un tramo plano del partido. Cerca de la media hora Van der Vaart envió al aire un centro que Malafeev no consigue atajar. Dejó el balón muerto, blando. Y Raúl, desde atrás, aprovechó el error para marcar. Tranquilizó mucho la situación el gran gol de Robben, que aprovechó un centro de Raúl para encarar al portero del Zenit y firmar una precisa vaselina. Casi al momento, el nuevo técnico del Madrid resguardó a Guti. Entretanto, la única maniobra de Dick Advocaat fue quitar a Arshavin. Reclamo para el público dado el “run run” que planea su futuro.
Robben, que ofreció una de sus mejores versiones, le devolvió la asistencia a Raúl, que recuperó la definición de sus tiempos de antaño, para desempolvar la “palanca” que popularizó y dar sosiego al encuentro. Marcó el tercero. Después fue al banco. Otra mirada al Camp Nou. El palo desdibujó dos veces los esfuerzos del Zenit, que mereció algún gol.