Deoleo, de España
Al final no va a quedar una gota de aceite ni en el árbol, ni en la tierra. Toda la producción de esta campaña está ya en las bodegas. A falta de contabilizar el aforo del mes de marzo, parece que se van a superar las 670.000 toneladas que marcaba el récord de producción en nuestra provincia. Tal y como se esperaba, después de una campaña pésima, no ha venido la calma, sino que la producción ha explotado y de nuestro bosque de olivos ha brotado más aceite que nunca. La campaña ha dejado jornales, empleo y dinero en nuestros pueblos, lo que se traduce en dignidad, ilusión y optimismo para afrontar la situación de crisis que vivimos. El sector, debe saber orientarse hacia el mercado, y empieza ahora la fase de comercialización que es igualmente un gran reto. El dato positivo de la producción, se reafirma con las expectativas de consumo a nivel mundial, que si bien se incorporan nuevos países productores, también se incrementa el número de potenciales consumidores que conocen las virtudes del zumo de oliva. Son muchos los factores que influyen en la comercialización, pero todos ellos se resumen en Oferta y Demanda, con lo que la orientación al cliente y la integración de la producción resultan claves para el éxito. Uno de los principales grupos de comercialización, “Deoleo”, entidad española que cotiza en bolsa, y participada por “Dcoop” grupo formado por muchas almazaras, se encuentra en una delicada situación tras el anuncio de venta del 31% en poder de las cajas. Inversores italianos y de Qatar amenazaban el control de este “holding” a través de un fondo denominado “IQ made in italy”. Ya lo estoy viendo, “Aceite de Jaén, made in Italy”. Una pesadilla que nos suena. Finalmente la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, estaría dispuesta a participar con cien millones de euros y conseguir que el control del gigante del aceite sea plenamente español. Si tanto dinero se destinó al rescate de la banca, no podemos permitir que lo que tanto costó conseguir en la comercialización, se pierda en tan poco tiempo. Es una cuestión de Estado que un sector estratégico como este, cuente con la luz verde de Bruselas y del Ministerio de Hacienda. Luz verde, verde oliva.
Rafael Peralta es economista
Rafael Peralta es economista