Denuncia en el Juzgado por “actitudes racistas” a su hijo
Margarita asegura haber hecho lo que haría cualquier madre para defender a sus hijos. Esta vecina de la capital ha presentado una denuncia en el juzgado de guardia por lo que considera “comportamientos racistas” que, a su juicio, mantienen algunos compañeros de su hijo en el instituto Las Fuentezuelas. Según asegura, tanto la Dirección del centro como la Jefatura de Estudios no han hecho nada para evitar una situación que califica como “humillante”. La directora del instituto, Ana Pérez de Tudela, se refiere a este asunto de forma muy escueta: “Hemos intervenido en el ámbito de nuestras competencias y de la forma que hemos considerado más oportuna”, asegura.
La Delegación de Educación, por su parte, declinó realizar declaraciones sobre lo sucedido.
En la denuncia, de la que ya tiene conocimiento el Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén, la progenitora asegura que su hijo, de tan solo 12 años, está siendo objeto de “burlas e insultos en el instituto”, en el que cursa sus estudios por primer año: “Casi desde los primeros días, le hacen zancadillas y le insultan, diciéndole ‘moro’ y ‘gitano’, entre otras cosas”, agrega, literalmente, el escrito presentado en la sede judicial. Margarita afirma que su hijo tiene la piel oscura, debido a que su padre es sudamericano y que ese ha sido el motivo de que algunos compañeros de clase la hayan tomado con él.
La madre asegura que el niño ha ido resolviendo estos conflictos por sí solo, hablando con los demás alumnos y haciéndoles ver que esta situación le molestaba. Sin embargo, afirma que, el pasado 3 de noviembre, ocurrió un episodio que fue la gota que colmó el vaso: “Durante el recreo, a mi hijo le bajaron los pantalones en el recreo delante de muchos más niños, lo que provocó que se rieran de él. En principio, no supo reaccionar ante esa humillación y no hizo nada. Pero, después, le tiró un chicle a uno de los alumnos que se burló y que se lanzó contra él”, relata Margarita. La denunciante asegura que su hijo se defendió y le propinó una patada al otro niño: “Este hecho motivó que fuera expulsado del centro durante cuatro días”, explica la mujer. Y agrega: “Fui a hablar con el equipo directivo para darles las explicaciones y no tenían ni idea de las vejaciones que estaba sufriendo mi hijo. A pesar de todo, mantuvieron el expediente sancionador sin tomar ninguna medida más con el resto de los niños implicados en el episodio de la bajada de pantalones y en la pelea posterior. El castigo ejemplarizante solo se lo ha llevado el morenito”.
Margarita asegura que su hijo no quiere volver al instituto: “Piensa que lo están tratando de forma desigual e injusta”, aclara. La Inspección de la Delegación de Educación ha decidido trasladarlo a otro centro cercano: “Dicen que es para evitar males mayores”, afirma la progenitora. Hoy mismo, comienza las clases en otro instituto.
La mujer afirma que ha acudido varias veces a hablar con el equipo directivo para interesarse por “la investigación” abierta: “Ha pasado una semana y no hay nada de nada. Tengo derecho a saber qué medidas se toman”. Por ello, Margarita decidió pasar a la acción. Y se fue al juzgado de guardia para poner los hechos en conocimiento de la Justicia: “Sé que va a tener poco recorrido, pero, por lo menos, es una forma de demostrar a mi hijo que estoy luchando por él”. De forma paralela, también ha presentado un escrito de seis folios ante la Delegación de Educación, en el que relata más ampliamente su versión de la historia y se ha puesto en contacto con el Defensor del Menor: “Espero que pueda hacer algo al respecto y que intervenga en este caso de desigualdad que, probablemente, tenga una raíz racial. Quiero saber que el sistema funciona sin tener que ir a un juzgado”, escribe Margarita de forma literal en este último documento.