Demasiado rollo para ser lunes

Este año, como los otros, le ha tocado la lotería a mis amigos, lo cual no me desagrada en absoluto. Es que la paranoia, no me ha borrado que hemos cambiado del 11 al 12, y ando en espera como los relojes de los 70, de que me den cuerda. En la pasada Nochebuena, el otro Nicolás (Santa Claus), me dio la oportunidad de abrir una de las cajas de mi éxodo, 12 años ha.

    02 ene 2012 / 12:31 H.

    Me quedé sorprendido de lo que mis amigos me regalaron en la sazón de mi vida. Unos dibujos maravillosos de Isabel Ramos, un apunte a bolígrafo de Cortés Zarrías, un azulejo de su hermana Ángela, los christmas personalizados de Faustino Castillo. En fin, no había tenido tiempo para embarcarme en la aventura de echar más lágrimas al recuerdo. Y como este año, me dijo el ángel malo, que los reyes no venían en el tranvía, tampoco les escribí. Si desde luego, las cartas llevan el mismo retraso que las del correo estatal, me alegro de ello. Pues, a sabiendas de que recibes la nómina en los cinco primeros días del mes, que movistar, —que por cierto me dio un buen sablazo—, por una consulta por una avería eléctrica, o que el recibo de los muertos, es más, una carta sellada en cartería el 24 de noviembre, para una cita del 27, la recogí en la oficina de Correos, el 12 de diciembre y porque me personé a reclamar. Pero es que una que venía certificada con un décimo de lotería, con fecha 13, cuando escribo, cerrando el mes, aún no la he recibido. Ni tampoco ha tocado el número. Para los Reyes, abriré el baúl que me dejó mi difunta madre en la partida. Seguro estará el “gobierno”, aquella pesada manta de flecos y lo que haya dejado la polilla.
    Nicolas Ortiz es maestro industrial