Del sur de China al mar de olivos previo pago de 10.000 euros

Pagaban 10.000 euros por acceder a un contrato de trabajo en España. O lo que es lo mismo, escapar de la miseria y vivir el próspero sueño europeo del mar de olivos, a casi once millones de kilómetros en línea recta de la lejanísima región del sur de China en la que nacieron. Sin embargo, cuando llegaban a la tierra prometida, se encontraban con que habían sido engañados.

04 ago 2015 / 11:16 H.

La Policía ha desmantelado al grupo que se aprovechaba de ellos. Como ya informó Diario JAÉN en su edición de 19 de febrero, seis personas están detenidas por formar parte de una organización que desde Jaén, presuntamente, se dedicaba a la inmigración ilegal de ciudadanos chinos. Están acusados de delitos contra los derechos de los trabajadores extranjeros, fraude a la Seguridad Social, falsedad documental y asociación ilícita.

Los investigadores han reunido pruebas que apuntan a que el grupo pudo “colar” en el territorio nacional a 42 personas a través de falsos contratos de trabajo. La operación, que comenzó en mayo de 2014, estalló el pasado mes de febrero. Los agentes arrestaron entonces a dos hombres: un vecino de la capital y un empresario de origen chino, pero afincado en España desde hace años. Presuntamente, ellos era los cabecillas de una organización dedicada a ofrecer permisos de residencia a ciudadanos chinos a cambio de dinero. Según la Policía, les cobraban unos 10.000 euros por darlos de alta en la Seguridad Social. “Simulaban el trabajo, pues el contrato es la condición indispensable para conseguir los permisos de residencia”, apuntan fuentes conocedoras del caso.

La investigación partió del Consulado general de España en el sur de China. A los funcionarios les llamó la atención que, en un solo mes, cinco ciudadanos chinos de la provincia de Fujian obtuvieran autorizaciones de trabajo para una misma radicada en Jaén. A partir de ahí, el caso se puso en manos de la Policía Nacional, que descubrió que los propietarios de esa sociedad tenían hasta seis firmas más que también habían dado de alta a inmigrantes a cambio de dinero. Los agentes consideran que eran “empresas-fantasma”, creadas únicamente para dar de alta a los trabajadores. De hecho, no tenían actividad o un volumen de trabajo insuficiente.

Tras esta primera fase, el Juzgado investigó si miembros de la organización habían explotado laboralmente a dos de las víctimas, que dijeron que trabajaban “como esclavas”. Esa parte del sumario está todavía secreta.