Del mitin con estrella invitada a las penurias de solo ante el peligro
La presencia de la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído, en un mitin obliga a un esfuerzo de los asesores de prensa del partido, una cuidada organización y seguridad para evitar incidentes. Es un mitin, igual que lo es uno en Guadalimar, en Lupión, donde hay que poner hasta las sillas para intentar ganar votos.
Miguel Cortés Páez es el cabeza de lista del PSOE en Lupión, la persona que quiere desbancar a IU del Ayuntamiento, y es, familiarmente, “Miguelillo”. Al menos, si preguntas cómo llegar a Guadalimar, donde acudió para pedir el voto el socialista, te lo explican así: “Ah, sí, el mitin de Miguelillo”. Será consecuencia de que el acto público se celebra en una pedanía de 307 vecinos censados, un anejo de Lupión, que, a su vez, tiene menos de mil habitantes.
A Bibiana Aído, peso pesado de los socialistas en España, la mujer que ha sido la ministra más joven del país, la que se atrevió a decir aquello de “miembros y miembras” y actual secretaria de Estado de Igualdad, quizás le digan “Bibi”, pero no iba a ser en Mancha Real. Allí acudió, como “estrella invitada”, a una reunión de mujeres socialistas de Mágina. Miguel Cortés fue a Guadalimar con su lista y su gente hasta que tuvo que llevar y traer las sillas que se colocaron en el improvisado escenario de la Plaza de la Virgen del Pilar. Su público se sentó en torno a la fuente del pequeño poblado y el equipo de sonido, el que permitía que sonara el himno del PSOE por sevillanas, lo llevó una empresa de Linares. Bibiana Aído movilizó a responsables de prensa de su partido, fue recibida por el secretario general de los socialistas de Jaén, Francisco Reyes y, por supuesto, por la alcaldesa y candidata, Micaela Martínez, que sabía que una “grande” del partido pedía el voto para ella. Igual que “Miguelillo”, Aído arengó a los suyos, reunidos en la Casa de la Cultura mancharrealeña, y les dijo, para arrancar un tremendo aplauso: “Hay que llenar las urnas de puños y rosas”. En la puerta del auditorio, estaba la Guardia Civil, que para eso se trataba de una exministra que ya había sido recibida por trabajadores de EDM, con los que se reunió unos minutos, para interesarse por el encierro que protagonizan desde hace más de un mes para intentar cobrar. En el interior del recinto, también había miembros de las Fuerzas del Orden, y eso que Bibiana Aído solo recibió besos de los que se hacían una foto con ella.
En Guadalimar, Miguel Cortés estaba a la mano de cualquiera, casi todos conocidos, eso sí, ni un policía local por si ocurría algo durante el mitin, aunque fuera un desmayo por calor. “¿Qué va a pasar aquí?”, se preguntaba un paisano que, además, estaba supercontento con el acto y la organización. “Ha estado muy bien. Muchísima gente, más de cien, seguro, la mitad del pueblo”, aseguraba. JOSÉ RODRÍGUEZ CÁMARA / MANCHA REAL/ LUPIÓN