20 may 2015 / 15:20 H.
Este próximo domingo son las decepciones municipales para el Ayuntamiento de Jaén y para la Diputación Provincial, cumplida una legislatura desde que fuera elegido el todavía primer edil, José Enrique Fernández de Moya Romero. Estos cuatro años han sido un continuo “y tú más” entre el gobierno municipal y la oposición, para desgracia de los vecinos de esta capital. Lógicamente, con esta forma de proceder de unos y otros, más por los primeros, que por algo son Gobierno, y se confundirían quienes pretenderán etiquetarme porque, simplemente, se equivocarían. La situación política, económica y social en la capital, y no me olvido de la provincia, es estremecedora. No estoy diciendo nada que no se sepa, y que cada palo aguante su vela. Antes sufrimos o padecimos a Carmen y, ahora, a José Enrique. Por desgracia, en esta tierra de olivos, la suerte nunca nos ha sonreído en el terreno político. Gestores y gestoras mediocres y megalómanos acompañados de sus correspondientes palmeros, donde lo que siempre ha primado ha sido el interés particular o de partido, en vez del general o vecinal. Propongo para esa jornada electoral una amnesia colectiva que comience el domingo a las nueve de la mañana y concluya a las ocho de la tarde, una hora menos en la comunidad canaria. ¡Que dios nos coja confesados!