Decathlon retoma los trámites para instalarse frente al campo de fútbol

Fracasadas las negociaciones con Bogaris para que formara parte del centro de ocio de Vaciacostales, la firma dedicada a la venta de material deportivo da el primer paso para implantarse en la parcela por la que, desde el principio, ha suspirado. La Gerencia de Urbanismo recibió, a través de un correo electrónico, la notificación de los intermediarios de la empresa para reanudar el proceso administrativo, que pasa, entre otras cosas, por la aprobación de la modificación del PGOU, la declaración de los terrenos de interés público y social y la aceptación del proyecto de actuación.
Tres gestiones que Decathlon está dispuesta a dar para abrir su segunda tienda en Andalucía oriental, tras la de Vícar, en Almería. Los terrenos que quiere Decathlon, que se encuentran en el paraje Atalaya Villagloria, frente al estadio de fútbol, son no urbanizables y propiedad de tres de las principales constructoras de Jaén, con las que firmó un convenio urbanístico, por lo que necesita la modificación del PGOU para su reclasificación para uso terciario.
El interés de la empresa francesa por Jaén marcó la recta final del anterior mandato. Su propuesta fue tratada hasta en tres ocasiones en la Gerencia de Urbanismo y otras tantas en el salón de plenos sin que, al final, quedara nada claro. El alcalde, José Enrique Fernández de Moya, le ofreció dos alternativas, una marcharse al centro comercial que Bogaris va a levantar en Vaciacostales o quedarse en la Carretera de Madrid, siempre y cuando cumpliera todos los requisitos legales y cuente con seguridad jurídica. Finalmente, Decathlon apuesta por la segunda por su situación estratégica. 
Setenta empleos y diez millones de inversión
Decathlon se presentó hace un año en Jaén con un proyecto para construir un gran centro comercial y de distribución en la capital, que generaría más de setenta empleos directos y otros ciento veinte indirectos. Para levantar su primera tienda en la provincia, firmó un convenio urbanístico con los propietarios de los terrenos para disponer de casi treinta mil metros cuadrados, destinados al centro comercial, aparcamientos y demás equipamientos. Una operación de más de diez millones de euros de inversión que a punto estuvo de irse al traste, debido a los obstáculos urbanísticos y las reticencias, en un primer momento, del Partido Popular y de Izquierda Unida. El alcalde, José Enrique Fernández de Moya, aseguró que su intención es facilitar la implantación de Decathlon, pero con todas las de la ley y sin perjudicar al comercio tradicional.