Tres obras de arte relanzan al Real Jaén en Antequera
El equipo de Terrazas dibuja un fútbol demoledor, embellecido con magníficos goles
El Real Jaén dejó en Antequera una buena muestra de su potencial ofensivo, pese a que faltó el máximo goleador, Joseba Arriaga. Remontó un tanto en contra en una segunda parte maravillosa en la que sobresalieron los tres goles, tres obras de arte. El equipo de Terrazas dibujó un fútbol resolutivo y demoledor.
José Eugenio Lara / Jaén
El Real Jaén mostró dos perfiles distintos: uno desangelado, en la primera parte y otro mucho más agradable, en la segunda. Entre una mitad y otra cambiaron la actitud del equipo y la entrada de Álex García por la banda izquierda. Terrazas estuvo certero en el descanso. Metió a Calderón como segundo delantero y a Álex en el costado. El conjunto funcionó, arrancó motores y ofreció una imagen maravillosa. El triunfo en Antequera es de esos que, por la forma de producirse, valen más que tres puntos. Sólo un pero: el grupo sufre en exceso en la estrategia defensiva y, a veces, le crean demasiadas ocasiones de gol.
El Real Jaén dejó en Antequera una buena muestra de su potencial ofensivo, pese a que faltó el máximo goleador, Joseba Arriaga. Remontó un tanto en contra en una segunda parte maravillosa en la que sobresalieron los tres goles, tres obras de arte. El equipo de Terrazas dibujó un fútbol resolutivo y demoledor.
José Eugenio Lara / Jaén
El Real Jaén mostró dos perfiles distintos: uno desangelado, en la primera parte y otro mucho más agradable, en la segunda. Entre una mitad y otra cambiaron la actitud del equipo y la entrada de Álex García por la banda izquierda. Terrazas estuvo certero en el descanso. Metió a Calderón como segundo delantero y a Álex en el costado. El conjunto funcionó, arrancó motores y ofreció una imagen maravillosa. El triunfo en Antequera es de esos que, por la forma de producirse, valen más que tres puntos. Sólo un pero: el grupo sufre en exceso en la estrategia defensiva y, a veces, le crean demasiadas ocasiones de gol.
Y dos aciertos más: el estado de gracia de Dani Hernández y las obras de arte que el Real Jaén construyó en la tierra del Torcal. Deliciosos los tres goles. El primero de Geni, de un taconazo preciso, de espaldas a la portería. El segundo de Calderón, en un balón picado ante la salida de Lara. Y el tercero de Álex García, en un disparo que dibujó una línea imparable. Para que esos tantos resplandecieran con la belleza con la que fueron elaborados fue necesaria una labor portentosa de Dani Hernández. El portero ha crecido tanto como la inmensidad de su propia figura. Tiene la confianza que le otorgan sus buenas actuaciones y se ha convertido en un muro para los rivales. Ayer protagonizó tres o cuatro intervenciones extraordinarias, algunas de ellas a pocos metros de sus adversarios. Fue un elemento esencial para el triunfo. Cuando el conjunto sufrió, apareció el guardameta que desea todo equipo, el que siempre da puntos y nunca quita. Dani ofrece cada semana un mensaje reivindicativo y al mismo tiempo esperanzador. Se propuso acabar con el debate en los palos y con ese susurro que se expandía por la grada y lo ha conseguido. Hoy día, en sólo quince partidos, ha corregido muchos de los defectos iniciales. En Antequera puso la base de la victoria.
El Real Jaén fue una formación contradictoria en El Maulí. Ofreció un primer periodo casi desgarrador, con poco carácter y sin llegada. No tiró a puerta ni manejó el partido. Además se dejó sorprender por un rival que salió ilusionado y con ganas de romper su inestable racha (un punto de los últimos doce). Avisó primero el Antequera con una pelota que acabó en el palo, en una acción a balón parado, y dio después en una jugada de Popo, que regateó con calidad a todo el que le salió a su paso y bordó un tiro que superó al meta jiennense. El Real Jaén se vio superado en todos los aspectos del juego. No fue el equipo alegre y lineal de otros encuentros, sobre todo fuera de casa. No reaccionó en todo el periodo. Dio la impresión de que el grupo esperaba algún retoque de Terrazas en el vestuario para cambiar la dinámica y coger la dirección adecuada. Y así fue. Entró Álex García, el equipo se quitó la actitud pusilánime y se armó de valor para emprender la tarea. Tuvo la suerte de cara porque el empate llegó a los pocos minutos del segundo tiempo. Justo el estímulo que el bloque necesitaba para crecer y buscar la victoria. Llegaron los mejores momentos: fútbol ágil, combinativo, rápido y, principalmente, profundo. Geni hizo una virguería, pero Calderón firmó un gesto técnico de altura en el segundo tanto. Un cuarto de hora precisó el Real Jaén para levantar el partido. Luego llegó el sufrimiento. El Antequera se fortaleció con los cambios y luchó por el empate. Tuvo buenas ocasiones, pero siempre se encontró con un Dani Hernández engrandecido. Nunca desistió el equipo de Terrazas del contraataque, ni cuando vivió situaciones más angustiosas. Fue admirable la reacción colectiva. En otra salida fulminante, Álex García construyó la tercera obra de arte en un tiro ejemplar. Ahí acabó el encuentro. Al Real Jaén le sobró mucho partido.