De mayor quiero ser…
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publica con frecuencia informes sobre la valoración de los españoles ante ciertos aspectos. Hace poco se hacía público un barómetro sobre la percepción que tenemos de las profesiones. Y supongo que no se extrañan de los resultados si les digo que las profesiones de Medicina y Enfermería se encuentran entre las más valoradas, y con bastante diferencia respecto a otras tan igualmente dignas como vilipendiadas últimamente, como son las de periodista, abogados o jueces, a la cola.
La medicina cuenta con una valoración de 8,52 sobre una calificación total de diez. La Enfermería, 7,96 puntos sobre el mismo total. Le siguen los profesores (7,93), los ingenieros (7,59), los informáticos (7,32) y los arquitectos (7,07). Hasta ahí, bien. Pero de estos datos me llama poderosamente la atención un aspecto significativo. El siguiente apartado del informe revela las profesiones más recomendadas de padres a hijos, o a un buen amigo.
La más recomendable: médico, uno de cada cuatro encuestados. Le siguen ingeniero (11,5%), profesor (10,2%) e informático (8,6%). Pero ni rastro de enfermería. Es curioso que siendo una de las profesiones más valoradas no aparezca. Todo lo contrario: las profesiones menos recomendables son albañil (1,2%), periodista (1,2%), fontanero (1,9%), policía (3,5%), enfermero (3,8%), arquitecto (4,3%), juez (4,7%) y abogado (6,9%). La Enfermería goza de una buena imagen entre la ciudadanía, pero igualmente se trata de una profesión que, aun en estos tiempos, se percibe ante la población como uno de esos trabajos “sufridos”. El horario rotativo, por turnos, el contacto directo y continuo con los pacientes y sus familiares y lo que en ocasiones trae consigo, las agresiones físicas y verbales que sufre el colectivo, la elevada tasa de desempleo, o la diferencia salarial respecto a otras profesiones sanitarias pueden explicar por qué se localiza a la Enfermería entre ese grupo de profesiones “no recomendadas”.
Por otra parte, traigo a colación otro dato: La percepción de la sanidad como uno de los principales problemas existentes para los españoles. La sanidad y el acceso a la misma. La atención sanitaria, la calidad asistencial. Un problema que escala puestos en el “ranking”, detrás del paro, que ocupa el primer lugar (81,6%), la corrupción y el fraude (44,5%) y los problemas económicos (34,4%). En cuarto lugar, la sanidad (10,1%). Eso sí, la sanidad, como “problema” sube un puesto (12,1%) cuando se le pregunta al encuestado por los problemas que le afectan personalmente. Y es que esta coyuntura hace tambalear servicios tan básicos como necesarios para la ciudadanía: el cuidado de la Salud y cómo repercuten los recortes en un servicio tan elemental.
José Francisco Lendínez es enfermero