De las casitas de pescadores al paraíso del veraneo de sol y playa

Casi seis décadas han pasado desde que los primeros jiennenses llegaron a la costa malagueña para quedarse. El encanto de estas playas bañadas por el Mediterráneo, en las que solo existía una hilera de casitas de pescadores, les sedujo y les ha hecho volver cada verano. En los años 50 poco tenía que ver con lo que es hoy. De hecho, en estos sesenta años, la población de Fuengirola, uno de los destinos favoritos de los jiennenses dentro de la Costa del Sol junto con Torremolinos, Torrox y Nerja, se ha multiplicado por diez y, cada verano, roza los 250.000 habitantes. Un clima de lujo     —más de 300 días de sol al año y temperaturas que no bajan de los 14 grados en invierno y no suben de los 30 en verano— y una ingente oferta turística para todas las edades, gustos y bolsillos.

    07 ago 2011 / 11:06 H.