De ilusión también se vive

Como todo está en el aire o, lo que es lo mismo, flotando y parece que no existiera, van pasando los días de verano y entre noticias más o menos anecdóticas o relevantes, y anuncios de nuevas reformas, nos vamos entreteniendo.

    31 ago 2011 / 10:33 H.

    Pero tranquilos, ahora en el otoño se nos dará otro mazazo, vuelta de tuerca o recorte. ¿Por dónde comenzarán, alguien apuesta? Es muy posible que inventen algún dato o índice que desconozcamos los ciudadanos de a pie, uno de esos que ahora se halla en horas bajas pero a través del cual se han venido forrando unos pocos en las últimas décadas. Hay quien piensa que si seguimos así pueden pasar cosas mucho más graves, aunque yo dude mucho de que esto pueda cambiar radicalmente. Como en Londres, la gente no necesita pan, quiere un móvil de última generación. Sin embargo, sí que mantengo mis ilusiones sobre pequeños cambios, y ahí tienen que intervenir nuestros políticos, aunque estén tan desprestigiados. Deben recortar por ley el poder de los mercados y del sector bancario, controlar la especulación y moderarla, realizar políticas de reparto de la riqueza más equitativas, porque si a estos tipejos perversos de las finanzas se les deja que sigan a su aire… Mientras tanto no queda más alternativa que disfrutar cuando un vecino me regala una bolsa de hortalizas, me tomo un café en el bar de mi pueblo con una agradable tertulia, o salgo a dar un paseo pensando en que todavía hay cosas, personas y tradiciones por las que merece la pena no solo vivir, sino luchar.
    Juan Carlos Abril es escritor