De cuna albinegra, pero de sentimiento azuillo
José Antonio González y Conchi Camacho es un matrimonio de Linares que reside en Castellón desde hace veinte años. Allí nació su hija Cristina, una joven de 14 años apasionada por el fútbol y, desde muy pequeña, ha acudido a Castalia para animar al conjunto albinegro. Su padre, ingeniero industrial, es azulillo hasta la médula, al igual que la madre, criada en el barrio de Santa Ana, donde se ubica el Estadio de Linarejos. Como buenos seguidores del Linares le han hablado a su hija de las gestas azulillas hasta hacerla una seguidora más. Sin embargo, no podía imaginar que el destino fuera tan caprichoso y emparejara a amblos clubes.

Cristina no salía de su asombro: sus dos equipos del alma enfrentados por el ascenso a Segunda B. Tras digerir el sofocón inicial, la joven se acercó a su armario sacó la camiseta del Linares, cogió la bufanda del Castellón y se hizo una foto que, posteriormente, colgó en Twitter. Quería demostrar con ello el vínculo hacía los dos equipos y esa sensación extraña que produce. Pero, al final, manda el corazón y el suyo tira más para el lado andaluz. “He ido a Castalia con mi padre, le tengo afecto al Castellón, pero soy más azulilla y, en esta eliminatoria, voy con el Linares”, afirma Cristina, nieta, además, de Chicote, utillero del conjunto linarense en la etapa de Delfín Cañas.
No podrá estar en Linarejos, aunque animará a los de Torres desde su casa de Castellón. “Nos pondremos todos la azulilla para cantar los goles del Linares”, dice emocionada. Cuanta las horas que faltan para el partido de ida y para el de vuelta en el que será una hincha más linarense en Castalia. “No me lo pierdo por nada”, concluye.