De Baeza y Sanlúcar con Borges
En un viaje reciente a Úbeda y Baeza, como cicerone de unos amigos argentinos, surgió una porfía sobre citas de Borges de la que salí derrotado. La inicial, aquella en la que afirma que los españoles tenemos una lengua bella e importante, pero no sabemos usarla. La derrota me llevó a un reto experimentado con Proust, leer las obras completas del genio argentino, incluso las ya leídas.
El reto está cumpliéndose, e igual que con Proust, alterno las de Borges con lecturas como la Breve historia de los libros prohibidos de Weerner Fuld o la biografía de San Juan de la Cruz de José Vicente Rodríguez, que contiene nuevas noticias sobre su vida jaenera. Esas lecturas tienen pausas para la de varios periódicos, en los que arranco páginas que me interesa conservar en carpetillas hasta que el tiempo, la razón o la Justicia las resuelvan. Tengo delante una con el título “Baeza-Sanlúcar de Barrameda”, que contiene recortes ajenos a la hermandad propiciada por el Guadalquivir de tan bellísimas ciudades. La unidad de los recortes recuerdan las relaciones establecidas por Josep Plá: conocidos, saludados y amigos. Los de Baeza pertenecen al de saludados porque se refieren a Bartolomé Cruz, el concejal baezano al que los corporativos del PP acusan de agredir a una compañera y buscan con escaso éxito encontrar eco mediático. He consultado con algunos compañeros y ninguno se lo cree, pero también es cierto que los periodistas no somos jueces, que serán quienes se pronuncien sobre la posible falsedad de la denuncia. Creo que de Cruz puedo enumerar media docena de defectos con la misma firmeza con la que aportaría su incapacidad de agredir a nadie; si acaso, lo que puede desesperar es su silenciosa paciencia en conflictos casposos de Baeza que darían a Proust argumentos para una nueva novela. Los recortes de Sanlúcar se refieren al desayuno que se han pegado en el PP con la despensa del Banco de Alimentos. Conozco a la presidenta sanluqueña y confío en que sean ciertas sus excusas, que haya sido un error de inmediata corrección. Sin embargo, el presidente provincial de Cádiz, Antonio Sanz, genera dudas porque en contrario habría armado la marimorena y porque, siendo secretario regional del PP, puso en cuestión la honradez de tantas personas, sin llegar a ninguna certeza, que las páginas de los periódicos formarían una obra superior a las completas de Proust y Borges juntas. Tiene razón Jorge Luis Borges, usamos mal la lengua española, y para quien necesite una muestra puede encontrarla en José Enrique Fernández de Moya, presidente provincial del PP de Jaén, que con el supuesto asunto de Baeza acusa a todos los socialistas jiennenses de agresores, regla que convierte a todos los populares en Bárcenas que celebran sus fiestas con la despensa de los bancos de alimentos.
J J. Fernández Trevijano es periodista