13 oct 2014 / 10:49 H.
Después de un consumo excesivo de algo, se produce un cuadro de malestar general que deja secuelas. No me refiero a la resaca que puedan tener hoy muchos de los jóvenes y menos jóvenes, que se han dado cita este fin de semana en el recinto ferial de nuestra capital, sino a la sensación que personalmente experimento después de haber estado varios meses observando, viviendo y disfrutando de Jaén y de sus gentes. Chapuzándome de pueblo, que diría Unamuno, analizando lo cotidiano y valorando las “novedades” que presenta la realidad empresarial en nuestra provincia, tras mi regreso después de una enriquecedora etapa en el extranjero. Cuando te zambulles en lo frecuente, en lo que por habitual, parece no aportar valor, percibes de un lado que efectivamente hay novedades, aunque ninguna parece ser realmente nueva y de otro que estamos tan acostumbrados a lo complejo, que nos cuesta mucho simplificar. Digo esto, porque he encontrado a algunos empresarios que, ante la complejidad del entorno y en su ánimo por ser mejores, tratan de reorganizarse mirando hacia adentro: Con más reuniones improductivas, más sistemas de información que nadie utiliza, más emails idiotas, y más protocolos de multinacional en pymes de Pepes y Pacos. Muchos se perpetúan en su fracaso, realizando cambios orientados a la gestión, en lugar de orientarlos hacia el mercado. Pero afortunadamente, y ese es el mejor remedio para el malestar, estoy descubriendo a otros que tienen claro cómo hacer las cosas, quiénes deben formar parte en sus proyectos, qué productos y contenidos han de dar al cliente, porque saben qué y cómo los quiere y si este puede y va a pagarles. En definitiva, profesionales que tienen claro que si pueden hacer las cosas de forma sencilla, para qué complicarse la vida innecesariamente. Son estos los que me invitan a acercarme a mis raíces ahora no como agente externo que audita una realidad maltratada por la tan manida y repudiable etiqueta del conformismo, sino como agente activo y comprometido en sumar para mi tierra.