Daulati en la Feria del Libro de Jaén

Desde JaÉn. La tarea de rescatar a un poeta de más de mil años de antigüedad a veces roza con el absurdo, pero la realidad puede y suele superar a la literatura. El pasado sábado 25 de mayo en la Feria del Libro de Jaén, Sergio R. Franco y yo mismo presentamos la primera entrega de un trabajo conjunto en el que llevamos embarcados varios años: los primeros poemas en castellano y en versificados del poeta persa del siglo XI Azad Daulati.

    10 jun 2012 / 09:35 H.

    El acto fue agradable e íntimo, como es inevitable tratándose de poesía, pero el domingo leo atónito en la edición impresa de Diario JAEN: “Azad Adulati no existe. En realidad son ellos dos. Es un juego de impostura. Han hecho un proyecto colectivo, —explicó Juan Cruz López, que hizo de maestro de ceremonia, y destacó la calidad de una obra que tiene veintidós poemas”. Como corresponsable de este libro, es justo que aclare algunos detalles. En primer lugar, al dar una noticia cultural, conviene asegurarse del título o del nombre del autor. Vale que de Daulati a Adulati no hay gran distancia, aunque nadie confundiría a Antonio de Nebrija con Antonio de Torrija. Pero, sobre todo, conviene que los periodistas escuchen bien o, alternativamente, se queden hasta el final de los actos de los que informan, so pena de informar justo al revés. Las entrecortadas frases que se recogen de Juan Cruz (que, por supuesto, no habla como los indios de las películas dobladas) vienen a decir, sin recortes, que traducir a un poeta es inventarlo, que Daulati no existía en occidente y que además, versificar las ideas de este persa irrepetible, significa completar una invención, una impostura, entendiendo “impostura”, en absoluto como engaño, sino como recreación. En fin, nuestras disculpas a Francisco Cumpián, el heroico y artesanal editor por el mal rato que habrá pasado pensando que le habían engañado, y nuestra felicitación a la vez humorística y comprensiva para Diario JAEN, que tan generosamente colabora en rodear de literatura a este sincero y semiclandestino personaje que a muchos nos parece de actualidad plena en estos tiempos de “farfolla y falsedad”, como diría Jesús Vicente Patiño, nuestro emérito y erudito inspirador.
    Jose LuIs Martín Villar