Curso político nuevo con asuntos clave pendientes de resolver
El curso político se reanuda en el panorama nacional con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) como uno de los principales ejes en las agendas ministeriales. Así se lo trasladó el pasado jueves José Luis Rodríguez Zapatero a los suyos al terminar la reunión de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, porque de la negociación presupuestaria depende el futuro de la legislatura.
El momento clave será en octubre y hay que estar preparado, porque en un contexto especialmente complicado con la crisis y con el PNV como único aliado posible a priori, una prórroga se presenta como inviable. La cuestión es de tal envergadura que hasta se habla de adelanto de elecciones si no se logra el mínimo consenso necesario para sacar los PGE adelante. Además de este capital asunto, a la vuelta de la esquina espera la huelga general convocada por UGT y CC OO, además de las primarias en la capital de España, con la implicación directa de Zapatero en la candidatura de la ministra Trinidad Jiménez. No hay que olvidar tampoco los comicios catalanes, previstos para noviembre y cuya fecha se espera que esta semana anuncie Montilla; y con la perspectiva, por supuesto, de las municipales y autonómicas en mayo.
La típica expresión de “otoño caliente” cobra todo su sentido en el Ejecutivo de la nación, pero también en las distancias cortas, con un Gobierno municipal de coalición que debe superar una de las crisis más importantes de estos tres últimos años. El PSOE e IU llegaron a las vacaciones después de un tenso pleno en el que la coalición no apoyó a los socialistas en una decisiva operación urbanística que habría supuesto una inyección económica fundamental para las exiguas arcas municipales. Después de un mes de reflexión, habrá que ver cómo se retoma la actividad y se reconduce la situación en el Ayuntamiento de la ciudad.