Cumbre sobre el clima, otra oportunidad perdida para el planeta

La cumbre de Copenhague se cierra con un rotundo fracaso. Las expectativas generadas sobre la regulación de emisiones de las grandes potencias que no aceptaron el protocolo de Kioto quedaron en nada.

    21 dic 2009 / 12:11 H.

    Ni EE UU ni China rubricaron un acuerdo de mínimos que pedía Europa para poder reducir los gases invernaderos de ambas potencias y un nuevo acuerdo de intenciones deja preocupada a la Unión Europea que lideraba este encuentro, pero, sobre todo, a millones de personas que entienden que nuestro actual modelo de desarrollo aboca a desastres presentes y futuros a la civilización. El mensaje de protección a la naturaleza cala con mayor vigor en los últimos años porque los efectos del cambio climático son perceptibles en cualquier lugar del mundo, y España no es una excepción, pero, sin embargo, a los líderes mundiales todavía les tiembla el pulso para tomar medidas que repercuten en las empresas y en los costes de los productos que llegan a los consumidores. En este sentido, el tiempo perdido es una losa en la lucha por frenar el constante aumento de la temperatura del planeta. La cita en Copenhague estaba marcada como una de las más importantes de los últimos años y, sin embargo, pasará a la historia como otra oportunidad perdida más. Al final, sólo hubo un mínimo acuerdo para contener la temperatura media del planeta, un aspecto nimio ante los retos que plantea la situación medioambiental actual. Y si alguien ha salido malparado de esta cumbre este es, sin duda, Obama, su capacidad de liderazgo se desdibuja ante cada reto. El presidente estadounidense, llamado a cambiar la peligrosa y poco ejemplar conducta contaminante de su país y arrastrar así al coloso chino, no ha cumplido ni de lejos con esta misión, que no sólo es vital para su país. La pancarta de Greenpeace en la cumbre era elocuente: “Los políticos hablan, los líderes actúan”. Sobran políticos.