Cuesta de los Carneros

En Jaén, dirigida por los políticos municipales de turno, se pone nombre a una calle, pero llega otra Corporación y dice que “nones”.

    15 abr 2015 / 10:11 H.

    Esto acarrea que Correos se vuelva majareta cada vez que una calle cambia de nombre. Sin embargo, el pueblo giennense la nombrará como se llamaba antiguamente. Sin ir más lejos, a la Plaza de las Palmeras, que nunca tuvo rótulo, hoy conocida como Constitución, tuvo nombres para dar y tirar. A otra cosa, mariposa. La fauna está muy representada en el nomenclátor callejero, seguramente, siguiendo la trayectoria sefardí afincada en Jaén, en la antigüedad, de ponerle apellidos con nombres de animales, como Callejón del Toro, Callejón de Vacas, Carnero, Las Moscas, Portón de los Leones (no es calle, sino paraje); Remojadero de Pescado, Toro, Vacas de San Juan, y alguna más que habré dejado en el tintero.

    Aquella Cuesta de los Carneros (Agustina de Aragón), mencionada en el último libro de Ortega y Sagrista, me abre las puertas del recuerdo. Inolvidables tiempos en los que pasábamos por esta calle, las patuleas de niños en busca de tirajitos, o Ramón del olivar para la lumbre de San Antón.