Cuerpo y bravura: Desnuda alabanza a la liturgia del toreo

Se llama Cuerpo y bravura y podría resumirse como un torero que se enfrenta al animal desnudo. Es, en principio, lo más llamativo y hasta morboso de la propuesta que hace Manuel Bautista, el joven novillero de Linares que protagoniza este más que singular espectáculo.

19 feb 2015 / 12:05 H.

Pero va mucho más allá. “Es una oda a la liturgia del toreo”, dice este valiente, y no solo lo es por enfrentarse a los astados. Es una obra teatral, que incorpora música, láser y pirotecnia y también toreo para, en dos partes, hacer sentir al público esa sensación que sacude al torero, desde sus primeros pasos en la adolescencia, cuando sueña con ser matador,  hasta que pisa la arena capote en mano. Eso, en una corrida, “no llega”, defiende. Y lo describe con un ejemplo: “Antes de que aparezca el animal por la puerta de toriles, se escucha el latido del corazón y se acompaña con una luz parpadeante, Cuando cruza el anillo, saltan los lanzallamas de más de cinco metros de altura”.   
“Desde siempre me gustó escribir”, reconoce, pero no fue hasta hace un año cuando decidió darle forma a esos particulares diarios y reflexiones y a los primeros que se los mostró fue a sus padres y su tío, el matador linarense Paco Bautista, de quien heredó esta pasión. “Es una obra teatral que narra las vivencias de un torero, desde que es un niño que sueña con serlo, hasta esos rituales como la hora de vestirse, las historias de los maletillas que saltaban a torear o la aparición de la mujer en la vida de un matador”, describe. Un relato, en cierta manera, biográfico. Él hizo el paseíllo por primera vez en 2006 y la última vez que se vistió de luces fue en la Feria de San Agustín de 2013. Dejó de torear por el complejo sistema que envuelve el negocio, pero no quería alejarse de su vocación y pasión. Y esta era su manera de resarcirse.  
Diez actores, luces, una pantalla de seis metros, láser, música y pirotecnia protagonizan la primera parte del espectáculo, que, si no fallan los plazos de producción, se estrenará en mayo. La segunda, lo hace el torero que lidia un astado, desnudo integral, con la música clásica como único acompañamiento. Sin picadores, banderillas, ni muerte. Eso es Cuerpo y bravura. “En la obra, la vida está muy presente; la muerte está muy presente y el erotismo, también está muy presente”, justifica. “La sensación de torear desnudo, en medio de la noche, rodeado de miles de personas es indescriptible”, asegura. “Te sientes desprotegido, pero, si te paras a pensar, la taleguilla no resguarda más. La protección que te ofrece un traje de luces solo es psicológica”, reflexiona. Sin duda, es también toda una metáfora del “desnudo” sentimental que hace a través del texto de la obra.
Esperaba, espera y no le pillarán desprevenido las críticas de los puristas, de quienes no entiendan la esencia del espectáculo. Sabe que dará que hablar y, en cierta manera, también lo busca. Quiere llevar a la gente a las plazas, llenarlas y mostrar esta lectura tan sentida y peculiar del toreo. Por el momento, quienes han conocido su propuesta —hizo un ensayo para rodar un spot con el que promocionarlo—, como son empresarios y organizadores de espectáculos que llegaban con dudas iniciales, asegura, han entendido que “realza la liturgia del toreo, del cuerpo al cuerpo”.  
Cuerpo y bravura, antes de que empiece a girar en mayo, tiene ya fechas en España, Francia y Portugal. Será siempre de noche, siempre en plazas de toros. De hecho, ambos aspectos forman parte indisoluble de su concepción como espectáculo. En el país galo, estará en plazas tan representativas como Nimes o la romana de Arles. Un espectáculo para todos los sentidos que, además, tendrá precios muy populares según desea Bautista. “En Jaén no hay fechas cerradas pero, muy probablemente, estaremos en agosto en Martos”, adelanta el joven novillero.