Cuero, barrocos, rock y un laúd


¿Qué pensarían Beethoven, Mozart o Rossini si escucharan a Queen, a The Beatles o a Iron Maiden? A partir de esa cuestión y la certeza de que toda, absolutamente toda, la música ha sido contemporánea —en algún momento— el tenor José Manuel Zapata y los guitarristas Juan Francisco Padilla Guitarra y Rubén Rubio se meten en la piel de los “Barrockeros”.
Son barrocos, pero también rockeros. De esmoquin y zapatillas de deporte, discretas, rojas, salieron al escenario del Aula Magna. Empezaba otro concierto del Ciclo de Cámara de la Universidad de Jaén. Pero no uno más. Quizá los Barrockeros sea una de las propuestas más originales, alocadas y, al tiempo, serias —porque se hace desde un magnífico conocimiento de la historia de la música y una profesionalidad en la interpretación contundente— que han pasado por estas tablas, muy al hilo de From Bach to Radiohead, que ya trajo, en 2012, a Jaén al violinista Ara Malikian con estos mismos dos músicos, Juan Francisco Padilla y Rubén Rubio, guitarra, laúd y viola da gamba. Ahora, estos dos almerienses, junto con el tenor granadino José Manuel Zapata son los Barrockeros. ¿Y qué hacen?

02 abr 2014 / 22:00 H.


“A veces se nos olvida que toda la música, absolutamente toda, ha sido música contemporánea. Es decir, ha sido música de su tiempo. Pero el tiempo es sin lugar a dudas un factor que la influye de manera determinante. La música más moderna se descubre como anticuada con el paso de los años —a veces, incluso no demasiados años—. Y algunas piezas compuestas hace mucho se descubren a nuestros oídos como radicalmente modernas. ¿Y qué pensarían algunos de estos compositores de la historia si tuvieran la oportunidad de escuchar la música de nuestro tiempo? ¿Qué pensarían Beethoven, Mozart o Rossini si escucharan a Queen, The Beatles o a Iron Maiden? ¿Qué pensarían los compositores barrocos si tuvieran la oportunidad de acercarse al mundo del rock? Suponemos que algunos de ellos se sentirían fascinados. Y otros… Bueno… otros se sentirían como si se hubieran tomado alguna sustancia alucinógena. Y quien sabe… a lo mejor surgiría un nuevo estilo de música. La mezcla del rock y del barroco”.
Este es el planteamiento del espectáculo de los Barrockeros, una montaña rusa de ritmos a golpe de sonrisa, en el que lo mismo aparece un canto de amor al jamón, o más bien a su hueso — acompañado de “aceite de oliva de Jaaaaén”, “ay cuánta felicidad”—, que una versión de Bohemian Rhapsody, de Queen, a golpe de laúd o un alucinante concierto de guitarra a cuatro manos. Del esmoquin a las sempiternas camisetas negras de los heavy y también al cuero, para tocar Highway to hell, de los AC/DC, y poner a bailar al público. The Cure y su Close to me y una reconversión del poema-canción de Jacques Brel, Ne me quittes pas a “No me quites el pan”, a golpe de bocados a una barra, son otros de los momentos espectaculares de esta hora y cuarto de concierto-teatro y sumo homenaje a la música en mayúsculas, la que se hizo hace varios siglos o apenas unos años. Tres grandes actores y virtuosos músicos que sacaron unas sonrisas, y demostraron que la música de cámara es más actual de lo que podría parecer, al buen puñado de universitarios y público general que se acercó al Aula Magna, sin duda, unos afortunados.