Cuatro años "atrapada" en el pozo
La mujer que cayó a una fosa lamenta la lentitud de la Justicia y que nadie la escuche.
María Dolores Castro se cayó en un pozo de aguas fecales del Bulevar en noviembre de 2009. La rescataron los Bomberos. Sin embargo, esta vecina de la capital, de 53 años, asegura que todavía está atrapada en aquel agujero oscuro: "Nadie me hace caso. Llevamos cuatro años luchando y todos se lavan las manos. ¿Es esto Justicia?", se pregunta con resignación.
"Hay días en los que no puedo ni levantarme por el dolor. Sin embargo, lo que más daño me hace lo tengo metido en mi cabeza", asegura esta mujer, que todavía sigue en tratamiento psicológico: "Muchas veces, cierro los ojos y me veo metida en ese pozo", se lamenta.
El caso de Dolores Castro está empantanado, como lo estaban las aguas fecales en las que pasó más de una hora cuando cayó en aquella arqueta sin tapa del barrio del Bulevar. Antes de acudir a los tribunales, la familia cumplió el trámite previo. Su abogado, Ildefonso Martínez Quiles, presentó dos reclamaciones de responsabilidad patrimonial en noviembre de 2010, en las que pedía que la Junta y o el Ayuntamiento pagaran una indemnización de 180.000 euros. ¿Por qué se interpusieron dos? Simplemente, porque no está muy claro a qué Administración pertenece el pozo al que cayó María Dolores el 12 de noviembre de 2009. No obstante, ambas reclamaciones corrieron la misma suerte. La Junta y el Ayuntamiento se "lavaron las manos" y se culparon mutuamente de lo ocurrido para rechazar cualquier tipo de responsabilidad en el accidente. Así que a esta familia no le quedó más remedio que presentar demandas ante la Justicia.
El proceso ha caído en el Juzgado de lo Contencioso número 1 de Jaén: "Actualmente, estamos en el periodo de presentación de pruebas", explica el letrado. Un trámite que puede ser todavía bastante largo. Lo que se dirime en el proceso es si lo que ocurrió aquella tarde de noviembre se produjo debido al mal funcionamiento de los servicios públicos, qué administración es la culpable y qué indemnización debe recibir la víctima: "El dinero es lo que menos me importa. Solo quiero que me hagan caso", añade esta mujer.
María Dolores Castro trabajaba como cocinera en un bar del polígono de Los Olivares. El día de los hechos quedó con su marido para hacer unas compras en un supermercado cercano. Era su rutina de los jueves. Para llegar a la cita con su esposo, tenía que cruzar por los viales construidos justo detrás de la fábrica de galletas. Sin embargo, María Dolores no llegó. En el trayecto, cayó al pozo de aguas fecales. La arqueta estaba oculta entre un montó de escombros y, además, carecía de tapa. Según el Ayuntamiento, la habían robado.
La víctima cayó a plomo desde unos 14 metros de altura. El impacto fue terrible. Malherida, permaneció en el agujero casi una hora, sin apenas moverse ni ver. Lo único que pudo hacer fue rezar y gritar para que la escucharan. Y alguien oyó las voces de auxilio. Fueron dos niños que estaban paseando a su perro en el descampado y que avisaron a un hombre que hacía deporte en la zona. Poco después, los Bomberos lograron sacarla del colector tras un rescate calificado de "milagroso". Fue trasladada al Hospital, donde permaneció ingresada 19 días. Tras pasar varias veces por el quirófano, sufre importante secuelas físicas y, sobre todo, psíquicas. De hecho, tiene reconocida una incapacidad del 55 por ciento a raíz del accidente. "Lo peor es que todavía me veo metida en ese pozo. Sin embargo, es aún peor que nadie me haga caso", se lamenta.
"Hay días en los que no puedo ni levantarme por el dolor. Sin embargo, lo que más daño me hace lo tengo metido en mi cabeza", asegura esta mujer, que todavía sigue en tratamiento psicológico: "Muchas veces, cierro los ojos y me veo metida en ese pozo", se lamenta.
El proceso ha caído en el Juzgado de lo Contencioso número 1 de Jaén: "Actualmente, estamos en el periodo de presentación de pruebas", explica el letrado. Un trámite que puede ser todavía bastante largo. Lo que se dirime en el proceso es si lo que ocurrió aquella tarde de noviembre se produjo debido al mal funcionamiento de los servicios públicos, qué administración es la culpable y qué indemnización debe recibir la víctima: "El dinero es lo que menos me importa. Solo quiero que me hagan caso", añade esta mujer.
María Dolores Castro trabajaba como cocinera en un bar del polígono de Los Olivares. El día de los hechos quedó con su marido para hacer unas compras en un supermercado cercano. Era su rutina de los jueves. Para llegar a la cita con su esposo, tenía que cruzar por los viales construidos justo detrás de la fábrica de galletas. Sin embargo, María Dolores no llegó. En el trayecto, cayó al pozo de aguas fecales. La arqueta estaba oculta entre un montó de escombros y, además, carecía de tapa. Según el Ayuntamiento, la habían robado.
La víctima cayó a plomo desde unos 14 metros de altura. El impacto fue terrible. Malherida, permaneció en el agujero casi una hora, sin apenas moverse ni ver. Lo único que pudo hacer fue rezar y gritar para que la escucharan. Y alguien oyó las voces de auxilio. Fueron dos niños que estaban paseando a su perro en el descampado y que avisaron a un hombre que hacía deporte en la zona. Poco después, los Bomberos lograron sacarla del colector tras un rescate calificado de "milagroso". Fue trasladada al Hospital, donde permaneció ingresada 19 días. Tras pasar varias veces por el quirófano, sufre importante secuelas físicas y, sobre todo, psíquicas. De hecho, tiene reconocida una incapacidad del 55 por ciento a raíz del accidente. "Lo peor es que todavía me veo metida en ese pozo. Sin embargo, es aún peor que nadie me haga caso", se lamenta.
