Cuando la nieve deja algo más que bucólicas estampas blancas

El año ha comenzado con lluvia a raudales, como no se recuerda en todos los años de este siglo. El mes de diciembre en el que más agua se ha recogido, hasta el punto de que las reservas hídricas se encuentran saciadas y con previsión de abastecimiento para el consumo de al menos tres años. Y además llegó la nieve, tal y como anunciaban los pronósticos. De momento, más allá de las bucólicas estampas blancas de una provincia entera cubierta por el manto blanco, hay que poner el énfasis en las complicaciones que genera esta meteorología, con numerosas incidencias en buena parte de la red secundaria de carreteras fundamentalmente, aunque también hay tramos de autovía que se ven afectados. La actividad cotidiana se altera de muy diversas formas, pero hay que hacer caso al refranero y recordar ese dicho tan popular de “año de nieves, año de bienes”. El olivar, el sustento por antonomasia de la economía jiennense, recibe el agua tanto en forma de lluvia como de copos como un regalo del cielo, pero más con vista a próximas campañas que en la actual. No en vano la recogida se encuentra paralizada desde hace una veintena de días porque los campos están tan anegados que es imposible entrar a recoger el fruto de los olivos, en gran parte ya caído al suelo por las fuertes rachas de viento de los últimos días. Aún es pronto para evaluar daños, aunque algunas organizaciones agrarias hablan de que el 20 por ciento de la cosecha está perdido. No es bueno ser catastrofista, ni en este ni en ningún otro aspecto. Aunque haya dado tregua, la lluvia volverá en breve, por lo que sería sensato esperar al final de la campaña para hacer una evaluación objetiva. Hoy por hoy, lo que sí es cierto es que el precio del aceite virgen extra ha superado la barrera de los dos euros kilogramo, un dato que debe ser entendido como una buena noticia.

    10 ene 2010 / 11:10 H.