Cuando estudiar fuera se convierte en una pesadilla

Esperanza Calzado/Jaén
Estudiar fuera suele ser una gran oportunidad para los universitarios, pero, en ocasiones, puede convertirse en una pesadilla .Es el caso del jiennense Alberto Aranda, estudiante de la Universidad de Sevilla, que,

    23 nov 2011 / 10:05 H.

    después de tener que volver de Bélgica por un error, le reclaman el dinero de la beca a pesar de haber asumido parte de los gastos de estancia.
    La historia de Alberto Aranda surcó el mundo virtual durante semanas. Levantó opiniones a favor y en contra de la organización y los criterios de concesión de las ayudas a la movilidad internacional. Este vecino de Alcaudete estudiaba Empresariales en la Universidad de Sevilla y apenas le quedaban tres asignaturas para licenciarse. Solicitó una beca Erasmus para finalizar su formación en Bélgica, petición que fue aprobada después de hacer el correspondiente examen de nivel de idiomas, tal y como establece la reglamentación. El problema vino cuando llegó a la universidad de destino y el tutor de su curso le informó de que con el grado de conocimiento de inglés que tenía no podía dar las clases ni prácticas. Después de varias negociaciones, este jiennense se tuvo que volver.
    Esto ocurrió en septiembre y, desde entonces, ha estado a la espera de que alguien le dé una explicación que, mes y medio después, ya ha llegado. La respuesta, en pocas líneas, es que todo el mundo cumple con los requisitos. La Universidad de Sevilla asegura que ha seguido correctamente todo el protocolo y le dice que presente la queja a la facultad de destino. Alberto Aranda también los ha cumplido, ya que, según explica, en ningún momento ocultó su nivel. De hecho, asegura no entender por qué le concedieron la beca si su conocimiento del idioma no era suficiente.
    En medio de la controversia, lo que sí tiene claro Alberto Aranda es que tiene que devolver el dinero de la beca. La universidad hispalense le dio, la semana pasada, un plazo de diez días para ingresar el montante concedido, que ascendía a novecientos euros mensuales. Sin embargo, este vecino de Alcaudete ha tenido que hacer frente a los gastos de su estancia en Bélgica. Tuvo que desembolsar más de mil euros de su bolsillo para el viaje y permanencia.
    Todo esto ha generado impotencia y desilusión en Alberto Aranda que, ahora, se plantea si terminar su estudios en Sevilla o en otra universidad.