Cuando el fútbol no es el maná
Los 'rebajados', también reconocemos el teorema. Parece como si estuviera en una ecuación de tres incógnitas, despejadas. A saber: Primera: el Zaragoza bajó a Segunda, (se cumplirán 50 años de seguidor maño, en el otoño, y moriré fiel a mis ideas futbolísticas). Segunda: si el mal consejero tiempo me da lugar, podré de nuevo ver a mi equipo jugar en Jaén, aunque amo a ambos; en la anterior cita, Eolo, nos jugó una mala pasada en el inicio de los 80, y se aplazó el partido a un miércoles. La magia de Violeta, nos dio el empate.
Si demarro o desbarrro, memoria la mía, que no de utilizar archivos. Rescoldo sin duda de “los mañicos”. Tercera: Pero, donde no equivoco ni un milímetro, es en intentar saber de donde un vecino de la Alameda, años más joven que yo, aunque convidado de piedra en el orfanato de Santo Domingo, el hospicio de los desgraciados, vamos, aquí en Jaén nos llevó a tal amistad. Y este pájaro, fresador de profesión, tiene el germen futbolero, que lleva más de 10 años siguiendo al Real Jaén en sus desplazamientos. Albacete, Lorca, Jumilla, etcétera. Residente en Xirivella, me dejó sorprendido de presentarme, tras una llamada sorpresa, de su presencia en Jaén, a Ildefonso, abogado; Felipe, juez, y toda la peña que había conocido en la fase de ascenso, tanto en Vitoria, como en Lleida, naturalmente un elemento al que le hierven los colores jaeneros en su sangre. Pero no puedo dejar en el olvido a Candi, la de “El Losal”, su esposa; mártir por la causa, y madre de Iván, que hiciera sus pinitos en el Valencia. Por demás, besos para Marga, —así se llamaba mi abuela— y espero que haya algún nieto futbolero. ¡Hala Jaén!.
Maestro industrial
Nicolás Ortiz