Crónica 1000
Gaspar Molina Génave/Desde Jaén. Felicidades y gracias a Juan Espejo por su Crónica de la Semana número 1.000. Felicidades por contarnos lo que nos pasa a nosotros mismos: Felicidades por todo un mensaje de optimismo, tan necesario en estos momentos.
Felicidades por su periodismo heterodoxo, rico, diverso, creativo y “pegado a la piel”. Quiero recordar esas crónicas que tanto nos han emocionado a lo largo de los años. El siempre recordado y querido Fernando Arévalo escribía en el prólogo de las primeras crónicas: “Juan vino a Jaén para una semana y ya lleva doce años”, “Juan cuenta una realidad dura con renglones de esperanza. Huye del victimismo jaenero, cree en el futuro de Jaén, pese a todo.” Ya hace años de esto y no olvidamos al amigo Fernando. Recuerdo como nuestro común amigo Antonio Oliver finalizaba el prólogo de las segundas crónicas: “Espero que esta segunda criatura literaria de satisfacción al autor como para animarle a seguir cosiendo nuestra vida a las páginas de un libro.” Luego llegó una tercera publicación de Crónicas llena de frescura y valentía que me recordaron aquella crónica suya del año 97: “Yo escribo al dictado, al dictado de nuestra propia conciencia.” Muchas felicidades y me uno, como siempre, a vernos, donde siempre, en esa última página que para muchos lectores es la primera que leemos.