Cristo se encomienda al Creador

Pepi Galera Espinar /Jaén
Con la mirada puesta en el cielo, Cristo exhala sus últimas palabras: 'En tus manos encomiendo mi espíritu'. El Cristo de la Expiración y María Santísima de las Siete Palabras hicieron palpitar a los cientos de fieles que los esperaban en la Plaza de San Bartolomé para iniciar su estación de penitencia.
Sabe que ya todo está perdido y sólo le queda encomendar su espíritu al Creador del mundo. Dolorosa expresión en su rostro que se conjuga con el morado de los lirios a su pies, que visten el trono que lo llevará por las calles de Jaén.

    10 abr 2009 / 15:49 H.

    Una de las tallas más bellas y queridas por los jiennenses, atribuida al imaginero José de Medina, no hizo esperar a los cientos de jiennenses que se agolpaban bajo los naranjos de la Plaza de San Bartolomé. Pasaban sólo unos minutos de las siete de la tarde, cuando sus treinta y seis costaleros, no sin poco esfuerzo, atravesaron la puerta neogótica de la iglesia y fueron recibidos con un caluroso y emocionado aplauso. Desgarro que se dejó sentir en la voz de Rogelio Sánchez que, desde el balcón de la parroquia, entonó una sentida saeta. Muy poco después, con los ojos ensangrentados de dolor, fue su madre, María Santísima de las Siete Palabras la que enfiló la cuesta de San Bartolomé detrás de su hijo. Así, acompañados por los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Expiración y la Banda Sinfónica de Jaén, completaron su estación de penitencia, arropados por miles de jiennenses. Más de seis horas de recorrido en las que el Cristo de la Expiración lleva las miradas de todos sus fieles al cielo de Jaén.

    Devoción en las nuevas generaciones

    Ni el mejor palco ofrece una vista tan privilegiada. Un grupo de niños aprovecha la ventana de la sacristía de la Iglesia de San Bartolomé para ver la salida del Cristo de la Expiración, a menos de dos metros de sus ojos. Son unos niños que apenas entienden el sentido de la Semana de Pasión, pero despierta su inocente interés. Pero no sólo participan como espectadores, ocupan puestos de nazarenos, portadores y acólitos. Son las generaciones que le garantizan un futuro a esta señera hermandad de la Semana Santa de Jaén.


    Estrella Sánchez Bernal Diputada mayor

    “Coordinar la procesión es una tarea apasionante”

    SERAFÍN GONZÁLEZ /Jaén
    —¿Qué recorrido ha tenido en la cofradía?
    —Pues llevo desde que era pequeña. Este es mi quinto año en la  Junta de Gobierno. Cuando empece, lo hice con los palabreros. Después estuve mucho tiempo saliendo como nazarena. Cuando entré a formar parte de la comitiva, lo hice como consejera de asuntos económicos, y ahora soy diputada mayor de la hermandad.
    —¿Qué función tiene durante el desfile?
    —Este año tengo una gran responsabilidad. Me encargo de que todo salga en orden, se cumplan los tiempos y este todo coordinado. Por ejemplo, los nazarenos salen por orden estricto de antigüedad.
    —¿Dónde recomendaría que se vea la procesión?
    —Si tuviera que elegir un momento, la esquina de la calle  del convento de San Antonio de Madre Soledad.





    Eugenio Morengo Campos Prioste

    “La función de capataz tiene que ser algo más de ti”

    —¿Qué opina sobre la identidad de los pasos de Jaén?
    —Para mí mientras que el paso sea correcto y todo vaya dignamente, cualquier forma es respetable. Hubo un tiempo en que los tronos eran llevados con ruedas, después había una forma peculiar de sacarlos y hasta se pagaba por ello. No es tan importante la forma, sino el sentimiento, y que el desfile, las imágenes titulares y todo, vaya bien.
    —¿Cómo vive los momentos antes de procesionar?
    —Durante todo el Jueves Santo estoy con muchos nervios. Este año me siento más tranquilo. Confío plenamente en la gente que va bajo el paso y no creo que haya ningún tipo de problema.
    —¿Qué necesita un capataz?
    —Cualquier persona no esta preparada para ponerse delante de un paso. Es importante cuadrar el trono e ir al ritmo de las marchas.