CRISTINA RODRÍGUEZ CUBERO. "Dibujes mejor o peor, hace falta sensibilidad para expresar"
MARIAM LÓPEZ
Detrás de esta chica tímida que es Cristina se esconde toda una artista capaz de dar vida a cuanto pinta y esculpe. Se define como insegura, perfeccionista y exigente a veces, y tal vez es lo que le ha llevado a crear obras que conmueven el alma y a nadie dejan indiferente. Sin duda, merecería la pena una exposición suya.
Detrás de esta chica tímida que es Cristina se esconde toda una artista capaz de dar vida a cuanto pinta y esculpe. Se define como insegura, perfeccionista y exigente a veces, y tal vez es lo que le ha llevado a crear obras que conmueven el alma y a nadie dejan indiferente. Sin duda, merecería la pena una exposición suya.
—¿Qué hace surgir en usted la decisión de estudiar Bellas Artes?
—Desde los 16 años estaba segura de que quería hacerlo, pero lo cierto es que ya de pequeña estaba siempre pintando y dibujando. También fue por el apoyo de mi madre, que me aconsejaba que dirigiera mis estudios a algo que realmente me gustara. Además, muchos profesores me animaban en esta dirección. Tenía mis dudas, porque es una carrera que no tiene muchas salidas fáciles, pero sí estoy estudiando lo que quiero.
—¿Existen antecedentes en su familia?
—Por parte de la familia de mi padre sí que hay quien pinta y dibuja, como mi tía, que hace retratos; tienen mano, les gusta el arte, pero no se dedican a ello de forma profesional, si no más bien como hobby.
—¿Cómo es la enseñanza en la Facultad de Bellas Artes?
—Bueno, yo estudio en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla. El sistema de enseñanza allí es bastante clásico respecto a las demás facultades del resto de España. Le falta algo más de educación en el arte contemporáneo y otras asignaturas más variadas. Como primera opción me incliné por la Facultad de Barcelona, porque se imparte lo que yo buscaba, como vídeo y audio, y esa variedad que quizá falta en la de Sevilla; pero luego me decidí por esta porque me habían hablado muy bien de ella por la importancia que se le da al dibujo, se hace mucho hincapié en él, y en la pintura a través del dibujo.
—¿Es cierto que es un mundo de bohemios?
—En la Universidad sí podríamos hablar de bohemios porque la verdad es que la gente no está allí por una salida laboral, sino porque de verdad le gusta. De hecho, te podría decir que estoy aprendiendo más de mis compañeros, en algunos casos, que de los propios profesores. Ver lo que hace cada uno, su técnica, te ayuda bastante.
—¿Existen realmente como vemos en las películas modelos desnudos para que los dibujéis?
—Claro que sí, es más, la Facultad de Sevilla es famosa porque es una de las que más modelos tiene en plantilla, unos 30, y en eso la Facultad está muy bien porque pintar al natural es un mayor aprendizaje que pintar simples estatuas, por ejemplo, que jamás pueden dar esa expresividad que dan los modelos. A partir del segundo año de la Licenciatura, ya en casi todas las asignaturas se pinta con modelos humanos.
—¿Qué se necesita para dar vida a una escultura o una pintura?
—Es una mezcla de técnica y concentración. Respecto a la técnica, se precisa que el dibujo tenga volumen, que sobresalga, que no sea plano; también el trazo influye mucho, y, sobre todo, la expresividad, por lo que el asunto de los modelos humanos de los que hemos hablado son fundamentales porque cada uno expresa algo distinto.
—¿Se requiere una sensibilidad especial para estudiar Bellas Artes?
—Para estudiar Bellas Artes no, pero para sacar algo de ello, sí. Cualquier persona puede estudiar esto, pero sí es verdad que, dibujes mejor o peor, se tiene que tener esa sensibilidad; que no sea un cuadro o un dibujo frío, sino que sea expresivo tanto en aspectos formales como en la temática.
—¿Qué le aporta estudiar Bellas Artes?
—El primer año me impactó mucho, por llegar a esta carrera en la que todo es nuevo. El segundo curso me está gustando especialmente por la pintura de modelos al natural porque nunca lo había tocado. Me ayuda a tener más mano a la hora de pintar, dibujar o esculpir. La pega está en que no te dejan mucho margen para expresarte, existen una serie de normas o criterios que hay que cumplir y no hay muchos ejercicios que te hagan experimentar tu propio arte, pero lo cierto es que personalmente estoy mejorando muchísimo en la técnica, y eso en otras facultades no lo habría conseguido tan rápido.
—¿Qué asignaturas se imparten en la Facultad de Bellas Artes?
—Los tres primeros años se dan asignaturas generales. A partir de tercero se empieza a elegir; las troncales que se repiten son Dibujo, Escultura o Modelado, Pintura y optativas como Simbología o Historia y Teoría del Arte, se da Perspectiva, algo de Dibujo Técnico…y ya a partir de cuarto, te vas especializando por alguna rama como Escultura, Pintura, Dibujo o Restauración.
—¿Hacia qué rama se va a inclinar usted?
—Hacia Dibujo, aunque realmente se llama grabado.
—¿Prefiere una técnica o temática concreta?
—En técnica, yo prefiero por ahora el dibujo, también me está atrayendo mucho la pintura, pero no la tengo del todo dominada. Sobre temática, no me inclino a nada en concreto, prefiero expresar cosas personales, incluso cuando en la facultad te mandan realizar una pintura o un dibujo sobre algo determinado, intento darle un punto diferente y más personal.
—¿Qué le aporta el dibujo? ¿Qué siente al terminar una obra?
—Cuando termino una obra no suelo estar del todo contenta, creo que en parte es por un afán de superación. Cada vez que hago una cosa quiero hacerla mejor, quizá por conseguir que la obra trasmita, que no deje indiferente. A veces me propongo metas que no consigo y hay altibajos porque es un mundo que no podemos controlar. Un día puedes dibujar mejor y te levantas otro día dibujando fatal. Pero las que una vez terminadas sí te gustan realmente, el esfuerzo que he puesto en ellas se ve recompensado.
—¿Se puede en un momento dado perder la inspiración? ¿Y cómo se recobra?
—Sí, sin duda, un día malo se puede remediar insistiendo, pero, aun así, no tiene porqué salirte, es sobre todo psicológico, creo yo. Si tienes un día bueno, tienes más concentración y todo te sale mejor a la hora de hacer una obra. En un día malo es difícil recuperar la concentración solo piensas que te está saliendo fatal, es como un bucle que te impide avanzar. Es recomendable que aunque la obra te está saliendo muy bien o al revés, te desvincules, te separes por un tiempo del cuadro, luego vuelves, lo miras de nuevo y lo miras diferente, ves los fallos más rápidamente que si no estás nada más que centrado en la obra.
—¿Le gustaría exponer algún día su obra?
—Sí, pero no es algo que me obsesione y solo cuando esté más segura de lo que hago. Ahora me centro en formarme y aprender.
—¿Hasta dónde quiere llegar?
—Aún no lo tengo claro. Sé que es muy difícil vivir del arte, por lo que lo dejaría como un complemento. Quisiera realizar un doctorado y después quizá me vaya por otras ramas profesionales como el vídeo-arte.
—¿Cómo se definiría como artista?
—Insegura, exigente y perfeccionista.